El virus de Marburgo, una enfermedad altamente lętal con una tasa de mørtalidad que oscila entre el 25 % y el 90 %, ha encendido las alarmas internacionales. En Tanzania, un brote “sospechoso” en la región de Kagera ha dejado ocho fallęcidos de los nueve casos detectados, según informó la OMS. Aunque la transmisión inicial proviene de murciélagos de árboles frutales, su propagación entre humanos y la falta de vacunas o tratamientos antivirales efectivos lo convierten en una amenąza grave.
A mediados de diciembre de 2024, Ruanda logró contener un brote de este virus que dejó 15 fallęcidos y 66 casos confirmados. Este logro, alcanzado tras 42 días sin nuevos contagios, fue posible gracias a la coordinación entre las autoridades sanitarias, la OMS y los trabajadores de salud, quienes representaron el 80 % de los casos afectados. Sin embargo, el riesgo persiste, especialmente en países vecinos como Tanzania, donde ya se están reforzando las medidas de vigilancia y preparación.
La OMS ha instado a la comunidad internacional a no imponer restricciones de viajes o comercio con Tanzania, pero sí a mantenerse alerta. Los síntomas incluyen fiebre alta, vómitos de sangre y dolores musculares, y su manejo depende de terapias de rehidratación y tratamientos sintomáticos. En África, se han registrado brotes anteriores en países como Angola, Kenia, Uganda y Guinea Ecuatorial, consolidando al virus como una de las mayores preocupaciones de salud pública en la región.
El caso de Ruanda, donde se logró contener el primer brote del virus en el país, es un ejemplo de éxito en la lucha contra esta enfermedad. "El liderazgo comprometido y la colaboración internacional son clave para enfrentar emergencias de salud pública", afirmó Brian Chirombo, representante de la OMS en Ruanda. Mientras tanto, los expertos advierten que, aunque algunos brotes han sido controlados, la amenąza global del virus de Marburgo sigue latente.