Jorge Montejo
Si hay algo que los políticos mexicanos han perfeccionado es el arte de disfrazar convenios cuestionables como actos de servicio público. En este caso, la Secretaría de Educación Pública de Hidalgo, bajo el ilustre liderazgo de Pablo Moreno Calva (ahora con residencia fija en una celda), decidió que la mejor manera de promover la educación era firmar un contrato con la empresa Periodismo en Tiempo Real, S.A. de C.V., representada por el siempre oportuno Francisco García Davish. ¿El noble objetivo? Difundir información gubernamental a través de Quadratin Hidalgo, por la módica cantidad de $60 mil pesos. ¿El detalle? Los pagos se realizaron precisamente durante el periodo electoral de 2022, porque la educación, al parecer, también necesita su toque de timing político.
El contrato, digno de una novela de enredos administrativos, contó con los distinguidos testigos Alejandro Gálvez Díaz, director de Quadratin Hidalgo, y Daniel Zárate Ramírez, quien recientemente fue despedido de la coordinación de comunicación social, seguramente por su valiente esfuerzo en sumar irregularidades al expediente. Porque, con publicidad gubernamental pagaban a Quadratin posicionamiento de candidatos a cargos de elección popular.
No deja de ser fascinante cómo $15 mil pesos mensuales pueden garantizar la difusión de mensajes gubernamentales, especialmente en un contexto donde cada palabra parece cuidadosamente diseñada para disfrazar propaganda como información imparcial.
El contrato, digno de una novela de enredos administrativos, contó con los distinguidos testigos Alejandro Gálvez Díaz, director de Quadratin Hidalgo, y Daniel Zárate Ramírez, quien recientemente fue despedido de la coordinación de comunicación social, seguramente por su valiente esfuerzo en sumar irregularidades al expediente. Porque, con publicidad gubernamental pagaban a Quadratin posicionamiento de candidatos a cargos de elección popular.
No deja de ser fascinante cómo $15 mil pesos mensuales pueden garantizar la difusión de mensajes gubernamentales, especialmente en un contexto donde cada palabra parece cuidadosamente diseñada para disfrazar propaganda como información imparcial.
¿No sería más sencillo incluir una leyenda en cada publicación pagada por el gobierno? Algo como: “Esta nota ha sido generosamente patrocinada por sus impuestos”. Así, al menos, la ciudadanía podría distinguir entre lo que es real y lo que simplemente ha sido vendido al mejor postor.
El gobernador Julio Menchaca tiene en sus manos una gran oportunidad con el nuevo coordinador de comunicación social para romper este círculo vicioso. ¿Qué tal si dejamos de financiar a medios que confunden a la audiencia con información pagada y comenzamos a apostar por un nuevo modelo de comunicación gubernamental con una verdadera agencia estatal de medios públicos, en lugar de andar contratando por cantidades millonarias a diversos medios de comunicación que ni siquiera están alineados a los ideales de este gobierno.
El gobernador Julio Menchaca tiene en sus manos una gran oportunidad con el nuevo coordinador de comunicación social para romper este círculo vicioso. ¿Qué tal si dejamos de financiar a medios que confunden a la audiencia con información pagada y comenzamos a apostar por un nuevo modelo de comunicación gubernamental con una verdadera agencia estatal de medios públicos, en lugar de andar contratando por cantidades millonarias a diversos medios de comunicación que ni siquiera están alineados a los ideales de este gobierno.
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PD. No se reciben recursos públicos en este espacio.