Alonso Quijano
El gobierno de México tomó una decisión inédita al cerrar su espacio aéreo a un avión de la Fuerza Aérea de Estados Unidos que transportaba 80 migrantes esposados rumbo a Guatemala. La medida obligó a la aeronave a modificar su ruta y prolongó significativamente el tiempo de vuelo, retrasando la llegada de los deportados.
Este acto marca un nuevo punto de tensión en la relación bilateral en materia migratoria, ya que el uso de aviones militares para deportaciones ha sido duramente criticado por organizaciones de derechos humanos. Con esta decisión, México envía un mensaje claro a Washington sobre su postura ante las nuevas políticas de endurecimiento migratorio de EE.UU.