los inesperados beneficios del tiempo frente a las pantallas en los niños


Ser padre o madre en la era digital puede ser un reto, debido a la abrumadora cantidad de consejos y opiniones que se pueden encontrar en diversos medios y plataformas sociales. La mayoría de los debates sobre el tiempo que los niños deben pasar frente a una pantalla suelen centrarse en limitarlo al máximo, e incluso en prohibirlo por completo, lo que deja a las familias con un sentimiento de confusión y dudas sobre qué es lo mejor para sus hijos, debido a la contradicción en las recomendaciones.

Sin embargo, el tema no es tan sencillo como poner un límite de tiempo y listo. Numerosos estudios han demostrado que lo realmente importante no es solo la cantidad de tiempo que los niños pasan frente a la pantalla, sino la calidad del contenido que consumen. Un estudio de 2022 publicado en Frontiers in Psychology señala que el impacto de las pantallas en el desarrollo infantil puede ser tanto positivo como negativo, dependiendo del contenido que se consume y del contexto en el que se use, lo que demuestra que no todo el tiempo frente a una pantalla tiene el mismo efecto en los niños.

Entonces, ¿es posible que un enfoque más equilibrado, que se enfoque en la calidad del tiempo frente a la pantalla, en lugar de solo en la cantidad, pueda ser más útil para los padres a la hora de gestionar cómo sus hijos usan los dispositivos digitales? Los expertos parecen estar de acuerdo en que sí.

El enfoque tradicional que solo se enfoca en la duración del uso de las pantallas puede llevar a las familias a pensar erróneamente que el control sobre el tiempo frente a las pantallas solo consiste en limitarlo. “Cuando nos enfocamos solo en el tiempo, los padres tienden a creer que la gestión del uso de las pantallas es simplemente cuestión de números”, comenta Katie Davis, autora de Hijo de la tecnología: El papel de los medios digitales en las edades y etapas del crecimiento y codirectora del Digital Youth Lab de la Universidad de Washington. Davis recomienda a los padres que presten más atención a qué hacen los niños en sus pantallas, con quién interactúan y cómo se sienten durante esa experiencia.

Keena McAvoy, especialista en bienestar digital y cofundadora de DMV Unplugged, agrega que un enfoque simplista sobre el tiempo frente a la pantalla puede ser contraproducente. “Un niño de 5 años que vea contenido educativo durante 45 minutos mientras sus padres están cerca, preparando la comida, está viviendo una experiencia mucho más positiva que un niño que pase el mismo tiempo viendo videos solo en su habitación”, afirma McAvoy.

La visión centrada únicamente en la duración del tiempo frente a las pantallas también puede pasar por alto los aspectos positivos de la tecnología, señala Regan Vidiksis, investigadora principal en el Centro para la Infancia y la Tecnología del EDC. Según Vidiksis, la discusión sobre el tiempo frente a las pantallas suele omitir las muchas ventajas de los dispositivos digitales, como la creatividad, el aprendizaje y la interacción social.

Los padres pueden convertir el tiempo frente a las pantallas en una herramienta valiosa para el crecimiento y la conexión familiar si lo integran de manera adecuada en su vida cotidiana. En lugar de imponer reglas rígidas, Davis sugiere que los padres utilicen las pantallas de forma que favorezcan las experiencias compartidas y el desarrollo personal de los niños.

Por ejemplo, un estudio de 2022 mostró cómo los videojuegos, cuando se usan de manera adecuada, pueden mejorar la resolución de problemas, la coordinación mano-ojo y el desarrollo cognitivo de los niños. Con la orientación correcta, los niños pueden utilizar la tecnología para explorar intereses, conectarse con otros y aprender, sin que esto implique un abuso del tiempo frente a la pantalla. “La tecnología es solo una herramienta más en sus vidas, y deben aprender a usarla de forma saludable con el apoyo de sus familias y mentores”, dice Vidiksis.

Una encuesta realizada por Common Sense Media, en la que participaron jóvenes entre 11 y 17 años, reveló que muchos de ellos están buscando formas de hacer un uso más intencional de sus dispositivos. “Hablar sobre los hábitos digitales, participar en actividades en conjunto y ofrecer contexto sobre lo que los niños ven y hacen en línea son aspectos clave para fomentar un uso responsable de la tecnología”, concluye Davis.