La Solicitud de Desaparición de Poderes que Redefinió el Rumbo Político de Hidalgo



Julio Gálvez

Ante el cambio democrático impulsado por AMLO, el 5 de septiembre de 2018, Hidalgo vivió un episodio que quedó marcado como un momento decisivo en su historia política. Ese día, la intención del entonces gobernador Omar Fayad de manipular el Congreso local, con el respaldo de una minoría priista, fue enfrentada con firmeza por la bancada de Morena. Este hecho, impulsado por la propuesta de desaparición de poderes, abrió un camino inédito hacia la transición democrática en el estado, aunque no sin consecuencias.

Este capítulo tiene raíces históricas profundas. En abril de 1975, Hidalgo experimentó la desaparición de poderes que retiró del cargo a Otoniel Miranda, quien, tras solo 28 días como gobernador, enfrentó la presión de grupos vinculados con la Confederación Nacional Campesina (CNC), liderados por Jorge Rojo Lugo, amigo cercano de quien relata esta historia. En aquel entonces, la intervención de fuerzas políticas marcó un antes y un después en la vida política del estado. Más de cuatro décadas después, un escenario similar estuvo a punto de repetirse.

En 2018, Omar Fayad, a través de porros priistas y sus pocos diputados locales —entre ellos Julio Valera Piedras— intentó imponer un golpe legislativo, buscando controlar el Congreso del Estado, pese a ser minoría. Sin embargo, los 18 legisladores de Morena, liderados por Humberto Veras Godoy, amagaron con solicitar la desaparición de poderes. En el centro de esta estrategia estuvo un abogado constitucionalista, quien, movido por su simpatía con los principios de la Cuarta Transformación (4T) y no por intereses partidistas, propuso y redactó el documento que planteaba esta medida extrema.

La propuesta fue aprobada por unanimidad por la bancada de Morena, en un acto de valentía política que implicaba incluso la renuncia de sus propias curules con tal de frenar el autoritarismo priista. 

Aunque el documento no fue resuelto por el senado, este fue negociado con Ricardo Monreal quien logró que Fayad entregara la gubernatura de Hidalgo a Morena y como parte de esas negociaciones se aprobó la agenda feminista en esta entidad federativa con la Interrupción Legal del Embarazo.

Este episodio marcó el inicio del fin de la hegemonía priista en Hidalgo. Sin embargo, lo que comenzó como una lucha legítima contra el autoritarismo fue aprovechado por oportunistas y figuras ajenas a los ideales de la 4T, incluidos ex priistas y juniors que ingresaron a Morena. Esto deja una mezcla de orgullo y tristeza para quienes participaron activamente en el proceso, pues si bien se logró sacar al PRI del poder, el espíritu original de la transformación fue desvirtuado por intereses individuales.

Como testimonio de este hecho histórico, el documento original que proponía la desaparición de poderes será aportado por el suscriptor de este artículo oficialmente al Archivo General de la Nación, actualmente dirigido por el gobierno de Sheinbaum,  donde podrá ser consultado por las futuras generaciones. Este acto busca no solo preservar la memoria de este momento clave, sino también reconocer el esfuerzo jurídico y político que permitió a Hidalgo dar un paso hacia la democratización.

Este episodio demuestra que los cambios estructurales no se logran sin tensiones y sacrificios, y aunque el resultado haya tenido aristas complejas, el proceso de transformación iniciado en 2018 sigue siendo un ejemplo de resistencia política frente al autoritarismo. La historia, como siempre, juzgará a sus protagonistas y dará el lugar que corresponde a quienes, desde las trincheras del derecho y la política, lucharon por un cambio auténtico en Hidalgo.

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PD. El suscriptor de este artículo jamás cobró de la nómina del congreso Hidalgo, como se puede apreciar en documentos que son públicos de la propia institución, ni pertenece a ningún grupo político o partido hasta la actualidad. Lo que realizó humildemente, fue por convicción propia y por apoyar el cambio democrático en Hidalgo.