La falsedad de Morena



Alonso Quijano

La falsedad de Morena como partido “diferente” quedó expuesta con el caso de Adán Augusto, quien acusó a Ricardo Monreal de un presunto desvío de recursos del senado  en Hidalgo, pero, como suele ocurrir, no pasó nada. 

Apenas Andrés Manuel López Obrador dejó el poder, y las pugnas internas y la impunidad empiezan a reflejarse con claridad. 

Morena ya se comporta como el PRI de antaño: corrupción sin consecuencias, lealtades por conveniencia y un abandono del discurso de honestidad que alguna vez fue su bandera.

Antes el PRI era una dictadura perfecta, daba despensas para comprar la voluntad de las personas aprovechándose de la ignorancia de la gente, ahora Morena se perfeccionó en el arte de la corrupción, regala pensiones, modernizado su mecanismo de compra de voto con discurso progre, pero hechos de priista.