El gobierno de Estados Unidos ha comenzado una nueva fase en su política migratoria con el inicio de vuelos de deportaciones masivas, en línea con las medidas anunciadas por la administración del presidente Donald Trump. Karoline Leavitt, Secretaria de Prensa de la Casa Blanca, afirmó que esta estrategia busca enviar “un mensaje fuerte y claro al mundo entero: si ingresa ilegalmente a los Estados Unidos de América, enfrentará severas consecuencias”.
Esta decisión refuerza la postura de Trump sobre el combate a la migración irregular y, según fuentes oficiales, pretende disuadir nuevas llegadas al país a través de procedimientos rápidos y efectivos de deportación. Aunque las implicaciones humanitarias y legales de esta medida han generado debate, la Casa Blanca sostiene que es un paso necesario para proteger las fronteras y garantizar el cumplimiento de las leyes migratorias.