El Miedo como Herramienta de Dominación de EU en América Latina



Julio Gálvez

Estados Unidos ha utilizado históricamente el miedo como un arma política para controlar a América Latina, recurriendo a guerras, sanciones económicas, golpes de Estado y narrativas apocalípticas para desestabilizar gobiernos y someter economías. Esta estrategia ha sido documentada por intelectuales como Noam Chomsky y Naomi Klein, quienes han expuesto la sistemática manipulación de masas mediante la Doctrina del Shock.

Chomsky, en obras como Hegemonía o Supervivencia, señala cómo Washington ha promovido la política del miedo para justificar intervenciones militares y económicas en la región. La creación de amenazas externas, ya sean el comunismo en la Guerra Fría, el terrorismo en el siglo XXI o ahora el crecimiento del bloque BRICS con China y Rusia, permite a EE.UU. ejercer su influencia bajo el pretexto de la “seguridad nacional”.

Por su parte, Naomi Klein, en La Doctrina del Shock, detalla cómo los gobiernos utilizan crisis económicas, guerras y desastres naturales para imponer políticas neoliberales que de otro modo serían inaceptables. Un ejemplo claro es el golpe militar en Chile en 1973, donde tras la brutal dictadura de Pinochet, EE.UU. y sus aliados lograron transformar al país en un laboratorio del neoliberalismo con la asesoría de los “Chicago Boys”.

Hoy, esta doctrina sigue vigente. Con el regreso de Donald Trump a la escena política, sus amenazas contra América Latina buscan infundir miedo y debilitar la creciente influencia de China y Rusia en la región. El discurso de sanciones, restricciones comerciales y advertencias sobre la “izquierda radical” no es más que una estrategia para frenar la integración de América Latina con el BRICS, que representa un peligro real para la hegemonía estadounidense.

Pero la política del miedo no se limita a la esfera gubernamental. Como buenos empresarios de la ultraderecha, figuras como Elon Musk también juegan un papel en esta estrategia. Primero golpean a los países con crisis económicas y bloqueos, y luego buscan negociar con ellos en condiciones deplorables. Musk ya ha mostrado interés en el sector de telecomunicaciones de América Latina, una región donde la infraestructura digital aún está en disputa y donde la conectividad es clave para el control económico y social.

La Doctrina del Shock sigue siendo la herramienta de dominación preferida de Estados Unidos. Mientras América Latina continúe siendo vista como un territorio de conquista económica y geopolítica, las amenazas de Trump y las maniobras de empresarios como Musk no serán más que capítulos adicionales en la larga historia del miedo como estrategia de control. Sin embargo, con un bloque BRICS cada vez más fuerte y una región que comienza a despertar de la manipulación, la pregunta es: ¿hasta cuándo funcionará esta estrategia?