Funcionarios locales dijeron que no se habían reportado muertes ni daños materiales importantes tras el terremoto.
Tras el sismo se emitió una alerta de tsunami a lo largo de las costas del norte de California y del sur de Oregón, que fue cancelada una hora más tarde.
El gobernador de California, Gavin Newsom, declaró el estado de emergencia para tener recursos adicionales para las áreas afectadas.
El epicentro del temblor se situó a 68 kilómetros de la costa de Ferndale, una pequeña ciudad en el condado californiano de Humboldt.
Un residente de Ferndale que habló con la BBC en los minutos posteriores al terremoto dijo que en el interior del edificio en el que se encontraba parecía "como si hubiera estallado una bomba en cada habitación".
Olivia Cobian, del hotel Gingerbread Mansion Inn en Ferndale, dijo que el interior del establecimiento ahora "parece una zona de guerra".
"Tenemos enormes chimeneas de hierro fundido que han sido levantadas y movidas, todo está caído, roto, me alegro de que no haya nadie en la casa".