La pirámide de la corrupción



Jorge Montejo

La carretera Pachuca-Huejutla se encuentra suspendida gracias a la lucha de los comuneros de Pueblo Nuevo, quienes lograron obtener una suspensión por parte del Poder Judicial, protegiendo sus tierras comunales frente a las afectaciones de la obra. Sin embargo, en un acto que parece sacado de un show de David Copperfield, el gobierno ha sacado de la manga un “nuevo” elemento para justificar sus intenciones: la aparición repentina de una pirámide prehispánica.

Curiosamente, esta estructura arqueológica no fue detectada al inicio de los trabajos, cuando claramente ya estaban excavando en una zona rica en historia y patrimonio. Solo ahora, cuando la carretera se encuentra en pausa por mandato judicial y el gobierno había anunciado su reapertura para enero, aparece como por truco de magia, la llamada “Pirámide de la Corrupción”. Este hallazgo súbito, más que un descubrimiento arqueológico, parece un intento desesperado por eludir la suspensión y reactivar la obra bajo otro pretexto.

Los comuneros, amparados por un decreto presidencial de 1924 que protege sus tierras como inalienables, imprescriptibles e inembargables, han señalado que no se les ha respetado ni su propiedad ni su derecho legal. A pesar de esto, el gobierno insiste en buscar formas de no avanzar con la carretera, incluso recurriendo a argumentos arqueológicos que convenientemente no habían surgido antes.

La aparición de esta pirámide, cubierta rápidamente con material geotextil para “su conservación”, plantea serias preguntas: ¿por qué no se identificó antes? ¿Por qué surge justo ahora, en medio de una suspensión judicial? Más que proteger el patrimonio, parece que el gobierno está jugando a encubrir sus propias irregularidades, creando una distracción con el hallazgo arqueológico.

Así, la llamada “Pirámide de la Corrupción” no solo simboliza una época pasada, sino también el presente en el que la magia política intenta burlar a los comuneros, al Poder Judicial y al pueblo. Porque aquí, la magia no está en el hallazgo de una pirámide, sino en cómo el gobierno convierte cualquier situación en un truco más para evadir la justicia después de que las tierras por las afectaciones por la construcción de la autopista fueron pagadas a otras personas, cuando el gobierno de Fayad solicitó dos veces recursos para esos pagos”.