Jorge Montejo
Esta noche, mientras millones de mexicanos ajustan su presupuesto para sobrevivir las fiestas decembrinas, más de 200 diputados de Morena se reunirán para disfrutar de una cena de fin de año en Polanco, la zona que representa perfectamente aquello que juraron combatir: el privilegio y la ostentación. La cita es en el exclusivo restaurante Cotorritos de Polanco, donde el menú cuesta apenas 1,100 pesos por persona. Un gasto que, por supuesto, será financiado de los bolsillos de los mismos diputados. Porque eso de la austeridad solo aplica a los demás, ¿verdad?
El evento, organizado por Ricardo Monreal Ávila y Gabriela Jiménez Godoy, promete ser una noche inolvidable. Habrá tómbola, intercambio de regalos unisex (porque la igualdad ante todo, excepto en el gasto público), y el infaltable abrazo de Navidad y Año Nuevo entre los representantes de la Cuarta Transformación. “Llena de alegría, reflexión y amor”, rezaba la invitación, porque si algo sabemos es que nada dice “amor” como cenar en un restaurante de lujo tras aprobar recortes al gasto público.
No faltó quien señalara que la rapidez con la que Morena aprobó el Presupuesto de Egresos de la Federación 2025 tenía un motivo urgente: no podían llegar tarde a su posada. El coordinador del PRI, Rubén Moreira, lo dejó caer con esa fina ironía que solo se puede permitir quien también sabe de fiestas y presupuestos generosos: “Tienen un compromiso”. Y vaya que lo tenían.
Mientras los diputados de Morena disfrutan de pescados y mariscos premium, es importante recordar que el presupuesto para el próximo año contempla recortes significativos a sectores clave como salud, educación y medio ambiente. Pero no se preocupen, porque la austeridad no afectará la Cámara de Diputados: ellos aprobaron un incremento de 620 millones de pesos en su gasto. Total, ¿quién necesita hospitales cuando podemos garantizar cenas en Polanco?
En defensa de sus buenas intenciones, los organizadores aseguran que este convivio es una oportunidad para fortalecer los lazos entre los legisladores de Morena. Y es que, después de tanto debatir cómo redistribuir la pobreza entre los mexicanos, ¿quién puede culparlos por necesitar un respiro?
Para los ciudadanos comunes, la posada de Morena es un recordatorio de que la transformación de México no incluye renunciar a los privilegios. Más bien, parece tratarse de compartirlos… entre ellos, claro está. Así que, mientras ustedes luchan por comprar los regalos de última hora, piensen que los diputados ya tienen el suyo listo. Y quién sabe, tal vez incluso hayan llevado algo de “reflexión” en sus tómbolas navideñas. ¿Pero austeridad? Esa, al parecer, se quedó en el discurso.
Esta noche, mientras millones de mexicanos ajustan su presupuesto para sobrevivir las fiestas decembrinas, más de 200 diputados de Morena se reunirán para disfrutar de una cena de fin de año en Polanco, la zona que representa perfectamente aquello que juraron combatir: el privilegio y la ostentación. La cita es en el exclusivo restaurante Cotorritos de Polanco, donde el menú cuesta apenas 1,100 pesos por persona. Un gasto que, por supuesto, será financiado de los bolsillos de los mismos diputados. Porque eso de la austeridad solo aplica a los demás, ¿verdad?
El evento, organizado por Ricardo Monreal Ávila y Gabriela Jiménez Godoy, promete ser una noche inolvidable. Habrá tómbola, intercambio de regalos unisex (porque la igualdad ante todo, excepto en el gasto público), y el infaltable abrazo de Navidad y Año Nuevo entre los representantes de la Cuarta Transformación. “Llena de alegría, reflexión y amor”, rezaba la invitación, porque si algo sabemos es que nada dice “amor” como cenar en un restaurante de lujo tras aprobar recortes al gasto público.
No faltó quien señalara que la rapidez con la que Morena aprobó el Presupuesto de Egresos de la Federación 2025 tenía un motivo urgente: no podían llegar tarde a su posada. El coordinador del PRI, Rubén Moreira, lo dejó caer con esa fina ironía que solo se puede permitir quien también sabe de fiestas y presupuestos generosos: “Tienen un compromiso”. Y vaya que lo tenían.
Mientras los diputados de Morena disfrutan de pescados y mariscos premium, es importante recordar que el presupuesto para el próximo año contempla recortes significativos a sectores clave como salud, educación y medio ambiente. Pero no se preocupen, porque la austeridad no afectará la Cámara de Diputados: ellos aprobaron un incremento de 620 millones de pesos en su gasto. Total, ¿quién necesita hospitales cuando podemos garantizar cenas en Polanco?
En defensa de sus buenas intenciones, los organizadores aseguran que este convivio es una oportunidad para fortalecer los lazos entre los legisladores de Morena. Y es que, después de tanto debatir cómo redistribuir la pobreza entre los mexicanos, ¿quién puede culparlos por necesitar un respiro?
Para los ciudadanos comunes, la posada de Morena es un recordatorio de que la transformación de México no incluye renunciar a los privilegios. Más bien, parece tratarse de compartirlos… entre ellos, claro está. Así que, mientras ustedes luchan por comprar los regalos de última hora, piensen que los diputados ya tienen el suyo listo. Y quién sabe, tal vez incluso hayan llevado algo de “reflexión” en sus tómbolas navideñas. ¿Pero austeridad? Esa, al parecer, se quedó en el discurso.