Revivicor, la empresa biotecnológica que dirige Ayares, está a la vanguardia de la investigación en xenotrasplantes -implantación de órganos animales en seres humanos-, cuyo objetivo es resolver la escasez crónica de órganos que provoca la muerte de miles de estadounidenses cada año.
Fue en esta granja donde Revivicor crió un cerdo cuyo riñón fue
trasplantado recientemente a la paciente Towana Looney, según anunció un
hospital de Nueva York.
“Es un momento emocionante”, declaró Ayares a la AFP durante una visita
reciente a la granja de investigación.
Los cerdos están modificados genéticamente para que sus órganos tengan
menos probabilidades de ser rechazados por el sistema inmunológico de los
pacientes.
“Estos cerdos no son los típicos cerdos de granja”, dijo Ayares,
mientras acunaba en sus brazos a varios lechones rosados. “Se han invertido
millones de dólares en la producción de esta genética, por lo que son animales
de muy alto valor”.
Algún día, los riñones podrían venderse por un millón de dólares.
Revivicor, de Blacksburg (Virginia), lleva más de 20 años investigando
para que los trasplantes de cerdos a humanos dejen de ser ciencia ficción y se
conviertan en parte de la atención médica que salva vidas.
Sólo en Estados Unidos, más de 100,000 personas están en lista de espera
para un trasplante y miles mueren cada año esperando, la mayoría de las veces
por un riñón, según las autoridades sanitarias.
Desde 2021, varios cirujanos estadounidenses han trasplantado con éxito
riñones y corazones de cerdo modificados genéticamente a humanos, la mayoría de
ellos suministrados por Revivicor.
Otro proveedor clave es la empresa biotecnológica eGenesis.
Los primeros ensayos se realizaron en personas con muerte cerebral,
antes de intentar el procedimiento en un puñado de enfermos graves.
Si bien esos pacientes murieron a las pocas semanas de la operación, los
órganos animales que recibieron no fueron rechazados inmediatamente por sus
sistemas inmunológicos, una señal prometedora para los científicos.
En un oscuro laboratorio a varios kilómetros de la granja, Todd Vaught,
jefe de biología celular de Revivicor, tiene los ojos pegados a un microscopio.
Con una pipeta, perfora un óvulo de cerdo para extraer su ADN y sustituirlo por
células que tienen “todas las instrucciones necesarias para hacer un cerdo
modificado genéticamente”.
Unas horas más tarde, los óvulos modificados se implantan en cerdas.
Cuatro meses después nacen nuevas camadas.
Aunque se están realizando investigaciones sobre xenotrasplantes en
diversas partes del mundo, Estados Unidos es líder en este campo.
La socióloga francesa Catherine Rene critica lo que califica como un
maltrato de los cerdos como meros recipientes de órganos destinados a humanos.
“En última instancia, hay muy poco espacio para el reconocimiento del
animal donante, del regalo que se hace”, dijo Rene a la AFP.
Ayares no está de acuerdo. “Cientos de millones de cerdos se utilizan cada
año como alimento”, afirmó. “Yo diría que es mucho más importante que ese
órgano porcino se utilice para un trasplante”.
Riñones de un millón de dólares
La primera generación de cerdos desarrollada por Revivicor tenía una
única modificación del genoma destinada a desactivar la producción de una
sustancia que provoca el rechazo del órgano trasplantado.
La segunda camada tiene diez genes modificados, seis de los cuales
provienen del ADN humano, con el fin de mejorar la compatibilidad biológica.
Es con esta segunda generación de cerdos con la que United Therapeutics
(UT), la empresa matriz de Revivicor, está pensando en grande.
En marzo, la empresa que cotiza en bolsa abrió otro centro médico cerca
de Blacksburg, donde, en un nuevo quirófano, se extraerán los riñones de los
cerdos y se prepararán para su transferencia al paciente receptor.
El portavoz de la empresa, Dewey Steadman, dijo que las instalaciones
cuentan con “controles rigurosos” para evitar cualquier infección de los 200
animales que se mantienen allí.
El objetivo de la empresa es iniciar varios años de estudios clínicos en
pacientes en 2025 y, si la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) da
luz verde, comenzar la producción a gran escala de cerdos modificados
genéticamente en 2029.
UT ya está planeando invertir miles de millones de dólares en la
construcción de nuevas y mayores instalaciones.
La empresa está considerando vender riñones por alrededor de un millón
de dólares cada uno, lo que se aproxima al costo de 10 años de diálisis para
pacientes en Estados Unidos, según Steadman.
Poner los riñones de cerdo a disposición de un gran número de pacientes
no será tarea fácil en Estados Unidos, que carece de asistencia de salud
universal.
Pero Ayares espera que, con un seguro médico, “el paciente no tenga que
cargar con el precio de un millón de dólares”.