Ricardo Montoya.
María Rosario Arriaga Zavala,oficial perteneciente a las Fuerzas de Seguridad Pública del estado de Guanajuato y su hija, Julieta de 14 años de edad fueron asesinadas a balazos la tarde del martes al momento en que a bordo de un automóvil sedán gris,
circulaban en la carretera Pénjamo-Huanímaro a la cual cruza el poblado Varal de Cabrera perteneciente al municipio de Mariano Abasolo.
El ataque ocurrió alrededor de las 17 horas locales cerca del entronque que conduce hacia la cabecera municipal de Mariano Abasolo.
En esa carretera, en otro vehículo eran asechadas por un grupo de sicarios armados.
Interceptaron el vehículo que era conducido por Rosario Arriaga,y le dispararon al menos en diez ocasiones antes de escapar.
El automóvil quedó varado fuera de la vía asfáltica.
El cadáver de la niña Julieta, quien viajaba en el asiento de copiloto, quedó tirado afuera del vehículo aparentemente al intentar escapar antes de morir a causa de las múltiples heridas que sufrió.
Rosario, que manejaba el auto, quedó recostado sobre el asiento delantero del copiloto .
Por medio de un comunicado, la Secretaría de Seguridad y Paz del Estado de Guanajuato condenó el ataque.
"Los responsables de este cobarde acto serán encontrados, deberán rendir cuentas
ante la justicia y este acto no quedará impune. Ningún agresor puede caminar libre mientras una familia llora su dolor, una corporación sufre la pérdida de una compañera y toda la sociedad demanda un entorno de paz" dice el comunicado.
En tanto sigue el hermetismo sobre el número de muertos ocurridos en la masacre del pasado sábado 30 de noviembre en el municipio de Apaseo El Grande.
Ni la gobernadora panista Libia Denisse García ni ningún funcionario de gobierno estatal han hecho ningún comentario posterior sobre el asunto.
Ha trascendido que el lunes fuerzas militares y federales arribaron al estado de Guanajuato para reforzar la seguridad