Jorge Montejo
El proceso para elegir a los nuevos magistrados federales de competencia mixta ya está en marcha en Hidalgo, y la lista de aspirantes es tan amplia como diversa. Entre los nombres inscritos se encuentran Esteban Espinosa Ramírez, Mario Ernesto Pffeifer Islas, José de Jesús Vázquez Contreras, Norma Sandra Barrones Castillo, Óscar Hernaldo Barrones Castillo, Ricardo Pedro Guinea Nieto, Arturo Gil Borja, Carlos Cravioto Luna, Ciro Juárez González, Marisol López Barrera, Víctor Juárez González, Violeta Sosa Zamora, Delfino Leopoldo Santos Díaz, Rosalba Cabrera Hernández, Iram Zúñiga Pérez, Margarita Cabrera Román, José Antonio Ruiz Lucio, María Isabel Mejía Hernández, Erika Acuña Reyes, Eutimio Ordoñez Gutiérrez, Luis Raúl González Becerra y Pedro Noguerón de la Roquette. Sí, una lista extensa, variada y, por qué no decirlo, interesante.
Sin embargo, detrás de este ejercicio aparentemente transparente, asoma la influencia de grupos políticos que parecen decididos a interferir. Desde funcionarios del poder judicial del estado de Hidalgo, juezas estudiosas de los civil, litigantes y hasta abogados cercanos a figuras políticas como el exgobernador Omar Fayad, ¿Alguien se sorprende?
En Hidalgo, el poder judicial local ha sido históricamente un apéndice del ejecutivo, y todo indica que algunos buscan replicar esta dinámica a nivel federal. Aunque hay perfiles valiosos en la lista, con jueces y abogados que han demostrado preparación y experiencia, el temor es que estos puedan quedar relegados ante los intereses de quienes ven los cargos judiciales como una ficha más en el juego político.
La gran pregunta es si la votación permitirá que prevalezcan los perfiles realmente estudiosos y comprometidos con el derecho, o si veremos una vez más cómo los intereses políticos imponen candidatos “a modo”.
La justicia debería ser un espacio de independencia, no un campo más para las cuotas partidistas ¿alguien quiere apostar?