Osorio Chong, el maestro sin discípulos



Jorge Montejo

¡Oh, el gran Osorio Chong! Debe estar sintiendo una profunda soledad en su trono político, viendo cómo todos sus leales aprendices se le han escapado de las manos y se han refugiado bajo el ala de Morena. ¡Qué desilusión para el veterano estratega!

Tomemos, por ejemplo, a Nuvia Mayorga. Esta distinguida ex subsecretaria de Finanzas, ex titular de la Comisión Nacional de Pueblos Indígenas, senadora y madre de dragones, se ha graduado con honores en la academia de Chong. Pero, en un giro digno de las mejores telenovelas, Mayorga ha decidido tomar un camino alternativo. ¿Y cuál es ese camino? Nada más y nada menos que el Partido Verde Ecologista de México, esa puerta trasera de Morena, como en las mejores épocas del PRI.

Imagínense la tristeza de Chong, viendo cómo sus discípulos, en un acto de suprema lealtad (¡ja!), se van sumando al bando rival. ¡Cuánto debe dolerle ver cómo su círculo de confianza se disuelve ante sus ojos!

La política es, sin duda, un juego de traiciones y cambios de bando, y Osorio Chong lo está viviendo en carne propia. Quizá en las noches se pregunte qué salió mal, mientras observa cómo los rostros que él formó y moldeó ahora se mezclan en las filas de Morena, esa fuerza política que parece tener un imán irresistible para los ambiciosos.

Así que, mientras Osorio Chong contempla su vacío trono, tal vez debería tomarse un momento para apreciar la ironía de la situación. Al final, sus enseñanzas fueron tan buenas que sus aprendices han aprendido a jugar el juego mejor que él mismo. ¿O tal vez solo se dieron cuenta de que el verde es el nuevo negro?

¡Ánimo, Chong! Quizás en tu próxima vida política encuentres aprendices que no te abandonen en la primera oportunidad que tengan para cambiar de camiseta. Mientras tanto, disfruta del espectáculo desde las gradas.

Y ahora que todos los hipócritas y traidores de todos los partidos ya están en Morena, es el momento perfecto para llevarlos a la luz. Es tiempo de exponer a esos camaleones políticos que, sin el menor remordimiento, cambian de colores para mantenerse en el poder. Chong puede descansar tranquilo sabiendo que, al menos, ya no tendrá que lidiar con esas deslealtades en su propio partido. Morena, ahora repleta de estos virtuosos del oportunismo, tendrá que enfrentar la realidad de su propia conglomeración de intereses. 

¡Que el show continúe!