El reinado de los mismos de siempre



Jorge Montejo

Morena Hidalgo busca expulsar a varios miembros de la izquierda y del Grupo Universidad por haberse atrevido a participar con el Partido del Trabajo (PT) en las elecciones pasadas. ¡Qué admirable muestra de coherencia y lealtad a sus principios! Mientras tanto, los expriistas, expanistas y los juniors de la mafia del poder han sido premiados con candidaturas y puestos en el gabinete, porque, claro, ellos sí representan los valores transformadores que Morena pregona.

Esta purga de la izquierda se debe, según la denuncia a la Comisión Nacional de Honestidad y Justicia de Morena (CNHJ), a la “falta de lealtad a la militancia, doble militancia y transfuguismo político”. ¿Quién necesita a estos traidores cuando se puede contar con políticos de renombre y probada trayectoria, como los priistas y panistas de siempre, esos que han demostrado una y otra vez su compromiso con el progreso y la transparencia?

El caso es que las candidaturas en Morena se vendieron al mejor postor, como lo demuestran las grabaciones y testimonios que expusimos en su momento. ¡Qué mejor forma de hacer justicia social que subastando puestos políticos! Esto no es más que un ejemplo claro del “excepcionalismo mexicano”.

La CNHJ, busca sancionar a Salvador Sosa Arroyo, hijo de Damián Sosa, junto a otros seis miembros del Grupo Universidad. Estos individuos, incluidos Yolanda Cruz Rufino y dos exconsejeros de la izquierda, fueron acusados de promover el divisionismo interno al no haberse querido alinear a expriistas. 

La decisión, basada en la denuncia del presidente de Morena en Hidalgo, Marco Rico, muestra cómo el partido está decidido a limpiar la casa… de aquellos que se atrevan a desafiar su nueva doctrina el PRIMOR. 

Entre los expulsados figuran figuras tan destacadas como Salomón Ramos Silva, José Luis Olguín Flores, Alice Liliana Jiménez Cervantes, Ivonne Cerón Brito, Marco Antonio Romero Castillo, Humberto Augusto Veras Godoy, y Ernesto Carlos Morales Fragoso. Todos ellos, culpables de buscar candidaturas con partidos aliados pero sin un convenio formal. ¡Cómo osaron tratar de representar a sus comunidades sin el debido permiso del gran partido!

Yolanda Cruz Rufino, por otro lado, compitió por el PVEM para la alcaldía de Tlahuelilpan y actualmente es regidora. Parece que ser aliado de Morena no garantiza inmunidad cuando se trata de purgar la disidencia. 

Mientras tanto, aquellos que antes robaban con chaleco rojo y ahora lo hacen con guinda, continúan reinando. Estos delincuentes reciclados han encontrado un nuevo hogar en Morena, vendiendo, regalando e imponiendo candidaturas a caciques y empresarios priistas que saben cómo llenar las arcas del partido.

¿Cómo se puede hablar de una verdadera transformación cuando los mismos personajes de siempre siguen en el poder? La respuesta es sencilla: no se puede. Lo que estamos presenciando no es más que un clásico caso de gatopardismo, donde todo cambia para que todo siga igual. Los mismos políticos de siempre se han apoderado del gobierno, volviéndose aún más millonarios, sin importar el color de su partido.

En resumen, Morena Hidalgo ha demostrado una vez más su compromiso con el progreso expulsando a los verdaderos izquierdistas y abrazando a los mismos de siempre. Porque, al final del día, el cambio verdadero no es más que una ilusión en el juego político de siempre.