López Dóriga, el Vocero Real al Rescate del Rey de España



Jorge Montejo

Es un pájaro, es un avión, no, es Joaquín López-Dóriga al rescate de la imagen del rey Felipe VI, armado con su teclado y su devoción ciega hacia la monarquía española. 

Ayer, mientras los damnificados de la DANA en Paiporta, Valencia, expresaban su indignación por la falta de empatía y la ineficacia del gobierno, nuestro periodista favorito estaba ocupado asegurando que el rey no tenía nada que ver con el enojo popular. “Solo le gritaban a Pedro Sánchez”, afirmaba, compartiendo imágenes cuidadosamente seleccionadas por la prensa promonarquista.

Parece que Joaquín ha decidido que ser un mero periodista mexicano no es suficiente; ahora se siente español de corazón y vocero del rey en su tiempo libre. Tal es su entrega que uno casi espera verlo pronto en la corte, recibiendo una condecoración por su leal defensa de la corona.

Mientras Felipe VI, acompañado de la reina Letizia, Pedro Sánchez y Carlos Mazón, intentaba sin éxito calmar a una comunidad furiosa que clamaba “¡asesinos!” y “¡dimisión!”, López-Dóriga nos aseguraba que todo estaba bajo control. Porque, claro, si lo dice Joaquín, debe ser cierto. O al menos, así parece creerlo él.

Los usuarios en redes sociales no tardaron en reaccionar, criticando a López-Dóriga por su fervorosa defensa del rey. Algunos se preguntaban si había sido nombrado vocero oficial de la monarquía española, mientras otros recordaban cómo sus medios de comunicación muestran una solidaridad selectiva, compadeciéndose de los damnificados europeos mientras ignoran o se burlan de los de Guerrero, México, golpeados por huracanes en los últimos años.

Al parecer, nuestro querido Joaquín ha dejado de ser solo una decepción para muchos, elevándose ahora al rango de lacayo real. Con su reciente lavado de cara a la monarquía, ha demostrado que su lealtad no conoce fronteras ni vergüenza. Así que, mientras los valencianos siguen esperando respuestas y ayuda, López-Dóriga seguirá ondeando la bandera real, asegurándonos que todo está bien en el reino… siempre y cuando miremos desde su privilegiada perspectiva.