Olivares Reyna desayuna con periodistas para pedir disculpas por atraso de pago de chayotes y promete su reanudación para que no lo golpeen
Jorge Montejo
Guillermo Olivares Reyna, conocido en los círculos gubernamentales como “El Quico”, se reunió el pasado jueves 7 de noviembre en el Salón del Pueblo del Palacio de Gobierno con dueños, directores y jefes de información de medios de comunicación locales, así como corresponsales de diarios, televisoras, estaciones de radio y plataformas digitales nacionales. El pretexto de esta reunión fue presentar al nuevo director de Comunicación Social, Jorge Martínez López, y de paso disculparse por el atraso en el pago de los “chayotes”, esos jugosos contratos de publicidad otorgados a cambio de sumisión.
Sí, lo que todos ya sabían se confirmó: el extitular de Comunicación Social, Eduardo Iturbe, llevaba varios meses atrasado en el pago de estos contratos. Estos “acuerdos”, firmados al inicio del gobierno de Julio Menchaca, eran básicamente sobornos para que los medios autocensuraran su contenido y publicaran notas dictadas desde el Cuarto Piso, siempre a favor del cacique sexenal y su séquito de ineptos.
Mientras tanto, Iturbe también promovía pasquines y portales de internet falsos para realizar guerra sucia a favor del gobierno de Hidalgo y para robarse el dinero, pagando hasta 400 mil pesos mensuales a páginas de Facebook.
Olivares, con una sonrisa forzada, prometió que muy pronto se pagaría lo adeudado, lo que arrancó aplausos de la mayoría de los asistentes. Al parecer, la dignidad periodística se fue de vacaciones, olvidando que los periodistas y comunicadores, por muy elocuentes que sean los funcionarios, no deberían aplaudirles.
Esta promesa parece ser un intento desesperado por detener las críticas hacia su necedad de apoyar a la banda de delincuentes que desde 2020 mantiene secuestrada la planta de la cooperativa cementera Cruz Azul en Jasso, Tula, Hidalgo. Estos delincuentes, al servicio de Guillermo “Billy” Álvarez, ex presidente de la cooperativa por más de 30 años, han saqueado la empresa, lo que ha llevado a múltiples órdenes de aprehensión por robo y fraude en su contra.
Olivares también aprovechó para anunciar otra de sus ocurrencias: el gobierno del estado manejará la información de los 84 municipios, incluyendo los de oposición a Morena. Esto, supuestamente, para promoverlos y agilizar la información. Sin embargo, algunos periodistas presentes señalaron que esto es una forma de evitar que ciertos alcaldes se promuevan con sus propias acciones, mientras que otros, favoritos de Olivares, recibirán toda la propaganda estatal. Ejemplo claro es su hermana, la alcaldesa de Tlaxcoapan, quien ganó gracias al efecto Obrador-Sheinbaum, ya que era una total desconocida.
Demostrando su total desconocimiento del periodismo, Olivares sugirió que los periodistas podrían entrevistar a los funcionarios durante los eventos y giras del gobernador. En otras palabras, olviden las contingencias o noticias importantes que requieren una postura inmediata; tendrán que “cazarlos” en eventos oficiales.
Ante tanto disparate, Jorge Martínez solo pudo quedarse callado y sonreír. Uno de los asistentes, felicitándolo por su nombramiento, le dijo: “Te sacaste la rifa del tigre”.
Por cierto, durante el encuentro, Olivares se refirió de manera despectiva a Eduardo Iturbe, diciendo que “sus amigos pueden irlo a visitar al Congreso del Estado donde le dieron una chambita”. Claro, eso aún no ha sucedido, ya que se rumorea que pretendía ser el encargado de prensa de la Cámara de Diputados, posición a la que se opuso el diputado Andrés Velázquez, presidente de la Junta de Gobierno de la legislatura.
En resumen, el desayuno de Guillermo Olivares Reyna con la prensa fue un espectáculo de promesas vacías, desconocimiento total del oficio periodístico y un claro reflejo de la sumisión de ciertos medios a cambio de unos cuantos pesos para controlar la opinión pública de forma autoritaria.
Olivares, con una sonrisa forzada, prometió que muy pronto se pagaría lo adeudado, lo que arrancó aplausos de la mayoría de los asistentes. Al parecer, la dignidad periodística se fue de vacaciones, olvidando que los periodistas y comunicadores, por muy elocuentes que sean los funcionarios, no deberían aplaudirles.
Esta promesa parece ser un intento desesperado por detener las críticas hacia su necedad de apoyar a la banda de delincuentes que desde 2020 mantiene secuestrada la planta de la cooperativa cementera Cruz Azul en Jasso, Tula, Hidalgo. Estos delincuentes, al servicio de Guillermo “Billy” Álvarez, ex presidente de la cooperativa por más de 30 años, han saqueado la empresa, lo que ha llevado a múltiples órdenes de aprehensión por robo y fraude en su contra.
Olivares también aprovechó para anunciar otra de sus ocurrencias: el gobierno del estado manejará la información de los 84 municipios, incluyendo los de oposición a Morena. Esto, supuestamente, para promoverlos y agilizar la información. Sin embargo, algunos periodistas presentes señalaron que esto es una forma de evitar que ciertos alcaldes se promuevan con sus propias acciones, mientras que otros, favoritos de Olivares, recibirán toda la propaganda estatal. Ejemplo claro es su hermana, la alcaldesa de Tlaxcoapan, quien ganó gracias al efecto Obrador-Sheinbaum, ya que era una total desconocida.
Demostrando su total desconocimiento del periodismo, Olivares sugirió que los periodistas podrían entrevistar a los funcionarios durante los eventos y giras del gobernador. En otras palabras, olviden las contingencias o noticias importantes que requieren una postura inmediata; tendrán que “cazarlos” en eventos oficiales.
Ante tanto disparate, Jorge Martínez solo pudo quedarse callado y sonreír. Uno de los asistentes, felicitándolo por su nombramiento, le dijo: “Te sacaste la rifa del tigre”.
Por cierto, durante el encuentro, Olivares se refirió de manera despectiva a Eduardo Iturbe, diciendo que “sus amigos pueden irlo a visitar al Congreso del Estado donde le dieron una chambita”. Claro, eso aún no ha sucedido, ya que se rumorea que pretendía ser el encargado de prensa de la Cámara de Diputados, posición a la que se opuso el diputado Andrés Velázquez, presidente de la Junta de Gobierno de la legislatura.
En resumen, el desayuno de Guillermo Olivares Reyna con la prensa fue un espectáculo de promesas vacías, desconocimiento total del oficio periodístico y un claro reflejo de la sumisión de ciertos medios a cambio de unos cuantos pesos para controlar la opinión pública de forma autoritaria.
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PD. Al final, Olivares y chayoteros se sacaron una foto grupal lo que hizo enojar a los otros cobradores de notas que no fueron invitados al desayuno.
Está información es gratuita, compártela para que el gobierno no manipule la opinión pública a través de contratos millonarios con medios afines.