¿Qué, podemos esperar?


A propósito de la llegada de la primer Presidenta de México

Andrea Jassán.

El inicio del periodo de la actual Presidenta de México, Claudia Sheinbaum Prado, me gustaría plantear las siguientes ideas.

Independientemente que nos guste o no, seamos afines a sus políticas o a su Partido, nos caiga bien o mal, es un suceso de alta relevancia que sea la primera mujer Presidenta de Mexico, ahora sí que como dicen por ahí: "Haiga sido como Haiga sido"

En un México en el que predomina una cultura machísta.  La creencia que el peor enemigo de una mujer es otra mujer. En el que existe un promedio de 10 mujeres muertas al día de forma violenta. Es una costumbre y hemos normalizado la violencia hacia las mujeres. S Somos el lugar 33 de 146 países a nivel mundial y el número 7 de 22 a nivel regional, en violencia contra la mujer.  Justo en éste país, que ser mujer, es una actividad de alto riesgo.  En este México, logró llegar a la presidencia nacional  una mujer.

Unos podrán pensar que la pusieron, que era por conveniencia política, que es un títere o que fue impuesta. Otros podrán pensar que está ahí por tener toda la experiencia, por ser la mejor opción,  es la continuación del movimiento; otras podrán pensar: a ver si no le queda grande el paquete, a ver qué va demostrando, hay que darle el beneficio de la duda, igual y con  ella sí, cambia el rumbo del país y de las mujeres. Entre un gran etcétera de distintos pensamientos de la población según las diferentes creencias, cultura y afinidades políticas.

Lo que es una realidad es que ella ahora marca historia en un país tan lejos de Dios y tan cerca de Estados Unidos. En el que tenemos todo para ser una potencia mundial, pero no terminamos de despegar. Somos un país en vías de desarrollo, que estamos llenos de contradicciones e incongruencias. La desigualdad en todos los aspectos: social, económico, político, de género, de oportunidades, de calidad de vida, de acceso a la salud, a servicios básicos, y absolutamente a todo.

¿Qué deberíamos obtener las mujeres con éste hecho tan significativo?

Cero tolerancia a la violencia de cualquier tipo, hacia la mujer. No nada más desde el idealismo del discurso político,  para calmar o ganarse  a los distintos foros que desean escuchar está frase, sino cero tolerancia real, que se note en el día a día.  Que aún cuando seamos llamadas,  tan déspota y discriminatoriamente por  los políticos, "las ciudadanas de a pie", podamos estar seguras que tanto nosotras como nuestras hijas, sobrinas, amigas, enemigas, contrincantes, es decir todas y cada una de nosotras,  regresaremos sanas y salvas a nuestras casas y que dentro de ellas seremos libres de violencia, vivamos en paz y con dignidad. 

Que si una mujer desaparece, se levanten los partidos políticos, gobernantes, senadores, diputados, empresarios, asociaciones civiles, gremios, sindicatos e integrantes de la sociedad civil, externando repulsión y exigiendo a las autoridades correspondientes hacer todo lo posible, por cielo, mar y tierra, con los operativos en conjunto en las primeras horas de la desaparición, que son cruciales. Ver el despliegue de fuerzas armadas, fuerzas especiales de SEDENA,  helicópteros con visión nocturna, Policía Estatal, Policía Municipal y Guardia Nacional, para dar con el paradero de las víctimas,  así como, de los culpables para hacer cumplir la ley. No que los delincuentes actúen bajo el amparo, omisión y vista ciega de las autoridades convirtiéndose así, las mujeres, sólo en cifras frías y maquilladas, que sólo se muestran en días especiales,  para hacer creer que algo están haciendo.

Estoy segura que varias de nosotras queremos y hubiéramos querido que se actuará con cada una de las víctimas, cómo se hizo en el caso del diputado Verástegui de Tamaulipas,  que literalmente lo buscaron por tierra y por aire, la Policía Estatal, la Guardia Nacional, fuerzas armadas y fuerzas especiales de SEDENA,  o de tantos otros que pareciera que su vida es más valiosa que la de las más de 6 mujeres en promedio desaparecidas por día cada año en nuestro país.

Y con respecto a la justicia en materia de violencia y abuso contra la mujer, estamos viviendo la misma situación.  Pero este es un tema para otro artículo.

¿Qué más deberíamos obtener?

Igualdad de oportunidades, en sueldos, que nuestra voz, además de ser escuchada, sea valorada y tomada en cuenta para la toma de desiciones y que no sea desechada sólo por el hecho de ser mujeres y por ende, erradicar frases tan célebres como:  estamos locas, o en nuestros días, o en la menopausia, o estamos histéricas, o no debemos de opinar, o somos exageradas, sólo servimos para ciertas cosas, tachadas de feminazis, entre los muy grandes etcéteras que ya todos sabemos y hasta algunos les pueda parecer un tema trillado.

Muchos podrán decir:  eso ya no pasa, eso era antes;  yo les invito a hacer una reflexión; ¿ las mujeres a tu alrededor ya no sufren de violencia o discriminación? 

En serio ya no escuchas que les digan, por eso no tienes pareja, ese trabajo es de hombres, tú no sabes, tú qué sabes, si eres mujer, cállate, así vas a salir a la calle, una mujer decente no sale con muchos hombres, es tu culpa por vestirte así, es tu culpa por no atender a tu marido, entre otras.

Tengo varios sexenios, escuchado políticos de todos los colores y corrientes dar sus grandes discursos. Emitir comunicados de prensa. Crear grupos especiales para investigar las desapariciones de mujeres o de otros crímenes dedesnables. Implementar dependencias, organismos etc. especiales que sí cambiarán el rumbo.  En realidad es que, desde mi punto de vista, muy poco se ha logrado en tantos años.

Veremos qué pasa en estos seis años de gobierno de la Presidenta de México, si pasa a la historia únicamente por ser la primer mujer en ocupar la presidencia o ser la primer persona en genuinamente generar un cambio REAL, para la vida de las mujeres. Eso claramente, no se logra en seis años, un cambio de cultura de esta magnitud, se lleva por lo menos décadas. Sin embargo, ella sí puede generar el cambio.  Poner a correr esa bola de nieve. Si es que realmente quiere, catapultar este cambio de cultura, hacia la mujer, tan necesario para nuestro México tan manchado de sangre y violencia.

Las mujeres mexicanas merecemos una vida en paz y libre de violencia. Seguiremos alzando la voz y trabajándo en consecuencia cada quien desde nuestra trinchera.