#Opinión | Jorge Montejo
Ricardo Monreal, coordinador de Morena en la Cámara de Diputados, ha sido señalado en numerosas ocasiones por permitir la entrada de políticos corruptos provenientes del PRI al partido. Según diversas fuentes, los llamados “chapulines” en Morena son resultado de pactos realizados por Monreal junto con Mario Delgado y Marcelo Ebrard, quienes habrían intercambiado favores políticos y económicos con expriistas para financiar las campañas del movimiento conocido como “Primor”.
La asignación de comisiones en la Cámara de Diputados sigue congelada debido a las diferencias internas en Morena, exacerbadas por los intentos de Monreal de crear una estructura paralela controlada por Pedro Haces, secretario general de la Confederación Autónoma de Trabajadores y Empleados de México. Monreal incluso ha propuesto asignar a Haces la seguridad del recinto parlamentario, una atribución que corresponde exclusivamente a la presidenta de la mesa directiva, Ifigenia Martínez.
Morena se constituyó como grupo parlamentario sin cumplir inicialmente con el requisito de aprobar y registrar un reglamento interno ante la cámara. Posteriormente, la fracción elaboró un borrador de reglamento bajo la dirección de Monreal. Una reunión plenaria que estaba programada para discutir este proyecto el jueves fue aplazada debido a las disputas internas, alcanzándose solo el acuerdo de que Leonel Godoy presida la Comisión de Puntos Constitucionales.
En la primera plenaria de Morena, Monreal designó a Haces como “operador político” de la bancada, una figura inexistente en el organigrama actual, pero que el proyecto de reglamento contempla específicamente para el líder sindical.
El plan de Monreal establece que, tras el coordinador general, estaría la “coordinación de operación política”, seguida de las vicecoordinaciones de vinculación parlamentaria y de estrategia legislativa, a cargo de Gabriela Jiménez y Alfonso Ramírez Cuéllar, respectivamente. Esta nueva figura de “coordinación de operación política” reduciría las atribuciones de los vicecoordinadores, permitiendo a Monreal y Haces controlar el reparto de las presidencias de comisiones de Morena, comisiones bicamarales y grupos de amistad, así como la designación de secretarios.
Además, el reglamento propone que Haces coordine los “enlaces de los estados”, una figura nueva que ha profundizado las diferencias internas, ya que implicaría la designación de diputados con relación directa con los gobernadores surgidos de Morena. Haces también controlaría la política de comunicación e información con la dirigencia de Morena, la relación con otros partidos y hasta la lista de oradores en las sesiones.
Estas maniobras de Monreal han generado tensiones significativas dentro de Morena, con algunos miembros del partido preocupados por el creciente control que Monreal y sus aliados parecen estar consolidando. La falta de consenso y la percepción de corrupción interna plantean desafíos importantes para la cohesión y efectividad del grupo parlamentario en el futuro cercano.