La Tómbola de la Corrupción en Cuautepec



Jorge Montejo

¡Atención, señoras y señores! Marco Rico, el insigne presidente de Morena en Hidalgo, ha vuelto a demostrar su compromiso con la transparencia y la democracia. Esta vez, ha decidido que el candidato a la presidencia municipal de Cuautepec será seleccionado por tómbola ya que el tribunal electoral anuló la elección. Sí, así como lo leen, por tómbola. Nada dice “democracia” como dejar el destino de un municipio en manos del azar… o al menos eso nos quieren hacer creer.

Pero, vamos, todos sabemos cómo funcionan esas tómbolas mágicas de la dirigencia estatal, especialmente cuando están bajo la tutela del mismísimo Osorio Chong, el mentor y patrón de Marco Rico. Este no es un juego de azar, sino un juego de poder donde las bolas ya están marcadas. Desde sus días en el PRD, Marco Rico ha demostrado ser un experto en venderse al mejor postor para asegurarse de que el PRI siempre salga victorioso en las elecciones.

¿Alguien se sorprende? No debería. En un sistema donde la corrupción se maneja con la destreza de un ilusionista, no es de extrañar que ya hayan negociado la candidatura de Cuautepec para algún expriista o cacique de quinta categoría. Después de todo, ¿qué sería de la política sin esos entrañables personajes que saltan de partido en partido, siempre listos para servir a sus intereses personales por encima de cualquier ideología? Y claro, tratándose de Marco Rico, es casi seguro que ya ha vendido la candidatura a un expriista o cacique millonario, porque eso de los ideales no se le da.

Marco Rico es, sin duda, un infiltrado de la mafia del poder dentro de Morena. Su misión es clara: apoderarse del movimiento de AMLO desde adentro, socavando sus principios y perpetuando las viejas prácticas que tanto daño han hecho al país. Su habilidad para manipular procesos democráticos es casi admirable, si no fuera tan nefasto para el futuro de Hidalgo.

Así que, habitantes de Cuautepec, prepárense para ver el espectáculo de la tómbola, donde la ilusión de la democracia se mezcla con la cruda realidad de la corrupción. Porque en el gran circo de la política hidalguense, Marco Rico y su mentor Osorio Chong siempre tienen un as bajo la manga, listo para mantener el statu quo y seguir enriqueciéndose a costa del pueblo.

En resumen, la tómbola de Marco Rico no es más que una farsa, una cortina de humo diseñada para distraer y engañar. La verdadera selección ya está hecha, y los beneficiarios no son otros que los mismos de siempre. Así que no se dejen engañar por las luces y los aplausos. La corrupción, como siempre, sigue siendo la verdadera ganadora.