Jorge Montejo
En Hidalgo, el arte de hacer la barba es, sin duda, la piedra angular de la política. La reciente visita de la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, a Tizayuca para inaugurar el tren CDMX-Pachuca es el último ejemplo de esta tradición. Y claro, el gobernador Julio Menchaca no perdió la oportunidad de colgarse de una obra federal, demostrando una vez más que su especialidad es colgarse de los logros ajenos para obtener algo de protagonismo.
Menchaca, siempre listo para una buena foto, no tardó en subir una imagen a Facebook con su familia, recibiendo a Sheinbaum con todo el entusiasmo del mundo. Esto resulta curioso, considerando que su gobierno pregona el lema de “Primero el pueblo” o “Primero tu familia”. Una clara muestra de simulación y nepotismo a discreción. Porque, ¿qué mejor manera de demostrar su compromiso con el pueblo que posar con la familia en eventos oficiales?
Claudia Sheinbaum, en su discurso, prometió regresar a los orígenes de Morena en Hidalgo y acabar con los privilegios. Pero Menchaca parece estar haciendo todo lo posible para que eso no suceda. La pregunta es, ¿quién está manejando su imagen, la prensa y la política pública? Porque, honestamente, lo están haciendo al más puro estilo del PRI. ¿Quién le pidió que estuviera su familia en la foto? Solo alguien que quisiera perjudicar al gobernador podría haberle dado tal consejo.
Esta situación recuerda el caso de Nuñez Soto con Osorio Chong. Parece que la historia se repite y Menchaca está cayendo en las mismas trampas.
Para empeorar las cosas, los mismos medios que manejan su imagen son los mismos que antes alababan al PRI. Ahora, estos medios chayoteros como El Universal, Priterio, El Sol (del empresario priista Vázquez Raña) y La Silla Rota se desviven por Morena. Esto genera una muy mala imagen en todos los sentidos, ya que estos medios nunca han estado con el pueblo, sino con el dinero.
No es de extrañar que mucha gente en Hidalgo esté pidiendo a gritos la revocación de mandato. Sería un ejemplo perfecto a nivel nacional de que el mecanismo constitucional creado por AMLO funciona. Porque, al final del día, lo que realmente importa es el bienestar del pueblo, no las fotos en Facebook ni los elogios de medios comprados.