Jorge Montejo
Ah, el PRIMOR en Hidalgo. Esa encantadora fusión de PRI y Morena que no deja de dar sorpresas. Resulta que esta combinación perfecta de los grupos de Osorio Chong, Fayad y Menchaca en el gabinete estatal no es del agrado de la presidenta Claudia Sheinbaum. ¡Qué sorpresa! ¿Quién habría pensado que juntar a los viejos lobos de la política con los supuestos adalides de la transformación no sería una idea brillante?
Una semana antes de la elección de gobernador en Hidalgo, AMLO consiguió una aplastante victoria en la revocación de mandato. Con semejante respaldo, uno pensaría que no habría necesidad de pactar con los dinosaurios priistas de Chong y Fayad. Pero aquí estamos, viendo cómo se traicionan las bases de Morena y la izquierda por unos cuantos favores y convenios oscuros.
La supuesta transformación en Hidalgo parece más una pantomima sin recursos públicos. Claudia Sheinbaum ha tenido que intervenir con proyectos como el tren CDMX-Pachuca, porque claramente el gobierno estatal está muy ocupado en sus asuntos internos como para preocuparse por el desarrollo regional. Y cuando se expropien los terrenos para las vías, solo podemos esperar que no se repita el fiasco de la carretera Pachuca-Huejutla, donde las indemnizaciones acabaron en manos equivocadas. ¡Viva la transparencia y la justicia!
No podemos olvidar al presidente municipal de Pachuca, el brillante pupilo de Omar Fayad, quien parece decidido a exprimir a la ciudadanía con sus políticas públicas. Claro, no recibe el apoyo de la federación, así que tiene que buscar fondos donde sea. Mientras tanto, los ambulantes del Perro Pelcastre operan con total impunidad, quizá porque saben cómo “contribuir” al bienestar del presidente.
La transformación en Hidalgo se asemeja más a un acto de gatopardismo: cambiar todo para que nada cambie. Los mismos de siempre siguen manejando los hilos, engañando al pueblo con promesas vacías. La estafa siniestra es un claro ejemplo de cómo se detiene a políticos de poca monta mientras los verdaderos maestros del saqueo y la corrupción continúan libres e impunes.
Y, por supuesto, pronto anunciarán que investigarán a Sergio Baños, pero no esperemos resultados. Menchaca parece usar las mismas estrategias que Fayad, dando la impresión de que el exgobernador nunca se fue y que es el verdadero jefe en Hidalgo.
La importancia de los ideales en la política nunca ha sido tan evidente. Claudia Sheinbaum ya se ha dado cuenta del engaño en Hidalgo, y nosotros también. Solo queda esperar que algún día, el verdadero cambio llegue, y no sea solo una ilusión más en el juego de poder que tanto disfrutan nuestros políticos.
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PD. Fayad negoció con Monreal la petición de desaparición de poderes en Hidalgo para salvar su pellejo a cambio de entregar la gubernatura, situación que desató una ola de oportunistas priistas y expanistas, cuando Morena Hidalgo no necesitaba pactar con sus ídolos de la mafia del poder.
