Alonso Quijano
En un intento desesperado de frenar el creciente apoyo popular hacia Gerardo Fernández Noroña, el Grupo Parlamentario del PAN ha presentado una denuncia para que nunca más pueda ocupar un cargo público. Noroña, quien ha sido un baluarte fundamental como presidente del Senado, ha demostrado su ecuanimidad, sapiencia legislativa y destreza en el manejo de la cámara alta.
Conocido por su capacidad de repartir justicia con mano firme, Noroña ha ganado el respeto y cariño del pueblo. Sin embargo, los legisladores del PAN, a quienes sus críticos llaman “paniaguados” debido a sus limitados debates y escuetos posicionamientos, parecen decididos a detener lo que perciben como el inevitable ascenso de Noroña hacia una posible candidatura presidencial en 2030.
La denuncia, presentada por la senadora panista Gina Campuzano, alega violencia política de género. El incidente en cuestión involucra un momento en el que accidentalmente se le abrió un botón de su blusa mientras estaba con su grupo parlamentario. Noroña, según los testigos, simplemente desvió la mirada sin hacer aspavientos. No obstante, este hecho ha sido utilizado como base para la denuncia, que muchos consideran sin pies ni cabeza.
Los objetivos de esta acción son claros:
1. Quitar a Noroña de la presidencia del Senado.
2. Impedir que vuelva a ocupar un cargo público en el futuro.
Para muchos observadores, este movimiento refleja el miedo de los panistas, el cual es inversamente proporcional a su fuerza real en el Senado. Mientras tanto, el respaldo popular hacia Noroña sigue creciendo, con muchos ciudadanos expresando su apoyo y confianza en que la verdad y la justicia prevalecerán.
En estos tiempos de tensión política, Noroña se mantiene firme, confiando en el respaldo del pueblo y en la rectitud de sus acciones. La batalla por el futuro político del país continúa, y el desenlace de esta denuncia será observado con gran interés por todos los sectores de la sociedad.
