#Opinión | Jorge Montejo
En una sorprendente y valiente movida, el secretario de Gobierno del estado de Hidalgo, Guillermo Olivares Reyna, ha decidido tomar el papel de mediador en el prolongado conflicto de la planta de la Cooperativa La Cruz Azul en el municipio de Tula. Desde hace dos años, este conflicto ha sido una fuente constante de tensión, y parece que Olivares Reyna ha llegado para salvar el día.
Uno podría pensar que con la larga lista de juicios, sentencias firmes, órdenes de aprehensión y asuntos legales que implican delitos graves como delincuencia organizada, este problema requeriría algo más que la simple intervención del gobierno. Pero no para nuestro intrépido secretario, quien aparentemente cree que con su toque mágico, puede solucionar todo esto.
Claro, algunos malintencionados sugieren que la intervención de Olivares Reyna tiene una agenda oculta: favorecer al grupo cercano al hoy prófugo de la justicia Guillermo “Billy” Álvarez. ¡Qué imaginación tan desbordante! Como si la política estuviera alguna vez influenciada por intereses particulares.
Además, ¿por qué no confiar en un funcionario que claramente tiene tanto interés en este conflicto que no deja de meter las narices en todos los asuntos? Debe ser simplemente una coincidencia que su intervención no sea aceptada por todas las partes. Después de todo, ¿quién no querría un mediador tan desinteresado y altruista?
Por lo anterior, cooperativistas identificados con el grupo denominado Socios por la Transparencia, encabezados por Víctor Manuel Velázquez, legítimo presidente del Consejo de Administración, han denunciado que la mañana de este miércoles 23 de octubre, el delincuente Federico Sarabia Pozo, el malviviente al servicio de Billy Álvarez, y quien tiene junto con un grupo de sicarios la planta ubicada en Jasso, Tula, hizo acto de presencia en el lugar presumiendo que goza de la protección del nefasto secretario de Gobierno de Hidalgo, Guillermo Olivares.
Incluso Sarabia Pozo lo llama “socio”, porque presume que Olivares lo va a ayudar a despojar a la cooperativa de la planta y con ella formar otra empresa. Lo que no sabe Federico Sarabia es que Olivares cayó de la gracia no solo de la presidenta Claudia Sheinbaum, sino principalmente de Rosa Icela Rodríguez, secretaria de Gobernación Federal, quien ya le pidió al gobernador Julio Menchaca que lo destituya.
La prepotencia de Guillermo Olivares ha causado muchos problemas al gobernador, pero la gota que derramó el vaso fue haberse metido en el conflicto de Cruz Azul, mostrando su apoyo a los prófugos de la ley Federico Sarabia y Guillermo “Billy” Álvarez, lo que molestó a la primera mandataria. Olivares no se ha dado cuenta de que ya sus días como funcionario estatal están contados y que le irá bien si antes no lo investigan por corrupto. Así como él le pone cola a sus opositores controlando la procuraduría y las instituciones de justicia como el Tribunal Superior, así como a jueces de distrito.
Así que aquí estamos, con un secretario de Gobierno que se dedica a resolver conflictos con una simple varita mágica, en lugar de recurrir a tediosas y complejas soluciones legales. Quizás deberíamos tomar nota y aplicar esta estrategia milagrosa a otros problemas igualmente complicados. Al final del día, ¿quién necesita el debido proceso cuando tienes a Guillermo Olivares Reyna?
En resumen, mientras esperamos que la mediación de Olivares Reyna traiga paz y armonía a la planta de La Cruz Azul, tal vez deberíamos recordar que algunos conflictos son demasiado grandes para ser solucionados con solo buenas intenciones y un deseo de parecer el héroe del día. Pero, hey, siempre podemos soñar, ¿verdad?
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PD. Es importante mencionar que sembrar drogas en opositores está de moda en Hidalgo, como en los viejos tiempos del PRI 😂
