#Opinión | Jorge Montejo
La lambisconería es la piedra angular de la política hidalguense.
En una movida predecible y nada sorprendente, el gobierno de Hidalgo, bajo la dirección de Julio Menchaca, parece estar desesperadamente intentando ganarse el favor de Claudia Sheinbaum, la recién nombrada presidenta de México. Claro, porque después de traicionar a la izquierda hidalguense y a los verdaderos protagonistas del cambio, lo más lógico es intentar congraciarse con el nuevo liderazgo de Morena para comprar más candidatos de la mafia del poder.
Ricardo Monreal, del grupo de Marcelo Ebrard, y Mario Delgado, quien negoció la gubernatura de Hidalgo con Omar Fayad en favor de Menchaca a cambio de que no se desaparecieran los poderes en 2018, ahora están muy preocupados. Porque, aparentemente, infiltrarse y apoderarse del movimiento de AMLO en Hidalgo no es suficiente; ahora toca hacerle la barba a Sheinbaum y a su equipo.
Menchaca, fiel a su estilo, llegó al poder discriminando a la izquierda auténtica para llenar su gabinete con juniors, fifís y políticos reciclados del Partido Revolucionario Institucional. Porque, ¿qué mejor manera de representar la cuarta transformación que rodearse de la vieja guardia priista? Sin embargo, ahora busca desesperadamente congraciarse con la nueva generación de morenistas dirigidos por Luisa María Alcalde.
Es claro que el gobierno de Menchaca, con su historial de exclusión y engaño, no tiene ningún problema en cambiar de lealtades si eso significa mantener el poder. La estrategia parece ser seguir engañando a la gente y excluyendo a las verdaderas bases de Morena y la izquierda. Al fin y al cabo, en la política de PRIMOR, todo vale para mantenerse a flote, incluso si eso significa hacer la barba a quienes apenas ayer se despreciaba.
Ricardo Monreal, del grupo de Marcelo Ebrard, y Mario Delgado, quien negoció la gubernatura de Hidalgo con Omar Fayad en favor de Menchaca a cambio de que no se desaparecieran los poderes en 2018, ahora están muy preocupados. Porque, aparentemente, infiltrarse y apoderarse del movimiento de AMLO en Hidalgo no es suficiente; ahora toca hacerle la barba a Sheinbaum y a su equipo.
Menchaca, fiel a su estilo, llegó al poder discriminando a la izquierda auténtica para llenar su gabinete con juniors, fifís y políticos reciclados del Partido Revolucionario Institucional. Porque, ¿qué mejor manera de representar la cuarta transformación que rodearse de la vieja guardia priista? Sin embargo, ahora busca desesperadamente congraciarse con la nueva generación de morenistas dirigidos por Luisa María Alcalde.
Es claro que el gobierno de Menchaca, con su historial de exclusión y engaño, no tiene ningún problema en cambiar de lealtades si eso significa mantener el poder. La estrategia parece ser seguir engañando a la gente y excluyendo a las verdaderas bases de Morena y la izquierda. Al fin y al cabo, en la política de PRIMOR, todo vale para mantenerse a flote, incluso si eso significa hacer la barba a quienes apenas ayer se despreciaba.
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PD. En la foto observamos a Nuvia Mayorga (también podría ser Rebeca Aladro) del proyecto político de la mafia del poder, infiltrada en Morena que competirá contra la senadora Simey Olvera por la gubernatura de Hidalgo y harán lo posible para que pierda.
También buscarán impulsar a Reyes como candidato a la gubernatura en 2030 de Menchaca y Fayad, el nuevo Israel Félix del sexenio.
Los medios chayoteros ayudarán a publicitar la situación de que Menchaca es del agrado de Sheinbaum cuando sucede totalmente lo contrario 😂
