María Gil
El concierto de Luis Miguel programado para el 27 de octubre en Pachuca ha sido cancelado junto con otras cuatro fechas, en un anuncio que ha dejado a sus fans decepcionados y a los organizadores bajo una creciente crítica por una aparente falta de organización. La presentación en Pachuca, así como las fechas del 24 de octubre en la Ciudad de México, 28 de octubre nuevamente en la capital, 29 de octubre en Querétaro y 31 de octubre en Irapuato, han sido oficialmente pospuestas.
A través de su cuenta de Instagram, el artista confirmó que estos eventos fueron aplazados por “motivos de causa mayor y recomendación médica”, lo que ha dejado en el aire los planes de miles de asistentes que habían adquirido sus boletos con antelación. Según la misma publicación, quienes ya compraron entradas podrán utilizarlas en las nuevas fechas, que serán anunciadas próximamente.
Sin embargo, no es solo la cancelación lo que ha causado polémica. Los propietarios de palcos en el estadio donde se realizaría el concierto en Pachuca se han quejado de un complicado proceso de acceso y restricciones adicionales. A quienes tienen títulos de propiedad de los palcos se les exigió un engorroso sistema de verificación para obtener boletos de entrada, incluyendo la presentación de documentos como el título de propiedad, identificación oficial (INE), y el recibo de pago de mantenimiento al Club Pachuca correspondiente al 2024. Aunque estos documentos deben subirse previamente al sistema, los propietarios también deben llevar los originales y copias para presentarlos en la cita, junto con sus tarjetas de acceso.
Además, los propietarios han expresado su molestia por las restricciones impuestas por el gobierno local que les prohíben ingresar alimentos y bebidas, algo que consideran una vulneración de sus derechos como titulares de los palcos. A esto se suma la reciente imposición de CANACO de una tarifa de $200 por cada uno de los dos pases de estacionamiento incluidos en sus contratos de propiedad, lo cual consideran una violación a las condiciones de su título de propiedad que establece el derecho a estos pases sin costo adicional.
El descontento entre los asistentes y propietarios de palcos no ha pasado desapercibido, ya que muchos consideran que estas restricciones y la cancelación del concierto reflejan una organización deficiente y una falta de consideración hacia el público, quienes ahora esperan con incertidumbre la confirmación de nuevas fechas y un acceso sin inconvenientes para futuros eventos.