En un panorama mediático dominado por grandes corporaciones y un gobierno que durante décadas ha ejercido un control férreo sobre la información, los medios independientes se erigen como un baluarte imprescindible para la libertad de expresión y el fortalecimiento de la democracia.
Durante casi un siglo, el gobierno de Hidalgo ha estado en manos de una élite política y familiar que ha acumulado riquezas mediante prácticas corruptas y una red de amiguismo con empresarios y prestanombres. Este sistema, que puede describirse como un "capitalismo de cuates", ha permitido a la mafia del poder ejercer un control absoluto sobre la información pública, utilizando medios afines para manipular la opinión de la sociedad. Estos "medios chayoteros", serviles al poder, han actuado como un filtro que decide qué es noticia y qué no (quién es periodista y quién no) imponiendo una única versión de la realidad.
La falta de independencia ideológica de estos medios de comunicación es evidente. Muchos de ellos, que en su momento apoyaban al PRI, han cambiado su lealtad política en función de las nuevas dinámicas de poder, mostrando ahora respaldo a Morena. Este cambio de postura, motivado por intereses económicos y políticos, refleja el control gubernamental sobre la prensa vendida, que se alinea con quien esté en el poder para preservar sus privilegios.
A través de estos medios comprados, el gobierno no solo controla la narrativa oficial, sino que también ejerce una forma de control mental sobre la población, moldeando su percepción de la realidad. Este fenómeno, descrito por Elías Canetti en su obra “Masa y Poder”, revela cómo las masas, sin acceso a fuentes alternativas de información, pueden ser fácilmente manipuladas por un aparato mediático controlado.
En este contexto, la labor de medios independientes es crucial. Libres de agendas partidistas y de las presiones políticas que asfixian a otros medios, estos espacios de comunicación pueden ofrecer una visión objetiva y crítica de la realidad política y social. Su existencia contrarresta la manipulación de los grandes medios corporativos, sometidos al gobierno y al servicio de intereses particulares.
La función de los medios independientes es esencial para cualquier sociedad que aspire a una democracia auténtica y a la formación de una opinión pública libre, tal como lo argumenta Giovanni Sartori en su obra “Opinión Pública y Democracia”. En un estado como Hidalgo, donde el poder ha permanecido en manos de las mismas élites durante décadas, estos medios representan una herramienta vital para desafiar las estructuras de poder establecidas y revelar la verdad detrás de la aparente transformación que se vive.
En conclusión, el papel de los medios independientes en Hidalgo es fundamental para la salud de la democracia y el ejercicio del derecho a la libertad de expresión. Su capacidad para cuestionar, investigar y comunicar sin las restricciones que imponen los intereses externos es lo que mantiene viva la democracia y empodera a la ciudadanía con información veraz y fundamentada.
En un entorno donde el control de la información se utiliza como un instrumento de poder, la existencia de medios independientes se convierte en un contrapeso necesario para llevar a la luz las verdades ocultas y desafiar la hipocresía de quienes detentan el poder.
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P.D. Con el fin del sexenio de AMLO, se cierra un ciclo crucial para muchos periodistas y medios independientes que encontraron un espacio para florecer por encima de los medios corporativos que reproducen el discurso oficial, como sucedió con Nuevo Gráfico, que nació en 1958 para contrarrestar la narrativa del gobierno estatal, reproducida por El Sol de Hidalgo, ofreciendo una voz crítica e independiente frente a las formas del sistema priista.