En Hidalgo, la falta de principios en la política es evidente. Vemos cómo políticos del PRI saltan a Morena por intereses personales, buscando conservar sus privilegios obtenidos durante la era priista, creando así el fenómeno conocido como PRIMOR.
Un claro ejemplo de este cambio es la transformación de los medios de comunicación que, anteriormente al servicio del PRI, ahora muestran una inclinación favorable hacia el gobierno de Morena. Este cambio no refleja una evolución ideológica genuina, sino que plantea serias dudas sobre la coherencia y la ética en el periodismo.
El caso de Hidalgo ilustra cómo, bajo el capitalismo de cuates, un grupo de políticos conservadores se apoderó del gobierno, enriqueciéndose al amparo del poder, colaborando con empresarios y prestanombres corruptos. Está dinámica política no representa un avance hacia ideales éticos, sino que revela la prevalencia de intereses personales y privilegios aspiracionistas sobre el bienestar colectivo.
Durante más de 95 años bajo el régimen del PRI en Hidalgo, la política estuvo marcada por la hipocresía donde la forma es fondo. Los intereses personales prevalecieron sobre la búsqueda del bienestar común, y la falta de principios éticos permeó en la gestión pública. El político que no se define en la derecha o la izquierda y se maneja bajo la bandera de la hipocresía carece de ideales y, por lógica, solo busca el dinero como fin en la política.
La implementación del capitalismo de cuates ha generado una falta de oportunidades y ha fomentado un ambiente en el que la mayoría busca trabajar para el gobierno y depende de él. Como resultado, el libre mercado y la competencia equitativa se han visto afectados, ya que los políticos controlan todos los sectores productivos de Hidalgo.
Es crucial que la política se guíe por ideales y no por intereses personales, como ha sucedido históricamente. En tierras hidalguenses, ser político se ha convertido en la meta de muchos para volverse millonarios y quedar impunes, siguiendo el ejemplo de ídolos priistas y exgobernadores como Murillo, Núñez Soto, Osorio Chong, Olvera y Fayad. Estos líderes han aplicado una política neoliberal basada en el capitalismo de cuates y la hipocresía, generando una escuela de la corrupción.
El caso de Hidalgo sirve como un recordatorio de las consecuencias que pueden surgir cuando los ideales se dejan de lado en favor de intereses personales en el ámbito político y mediático. El nuevo gobierno de Julio Menchaca no es bien visto por algunos sectores del gobierno de AMLO, precisamente por aplicar la hipocresía como forma de gobierno y por la falta de definición.
El gobierno de Menchaca ha discriminado a la izquierda y a los fundadores de Morena para dar oportunidad a que los mismos de siempre conserven sus privilegios.
El gobierno de Menchaca ha discriminado a la izquierda y a los fundadores de Morena para dar oportunidad a que los mismos de siempre conserven sus privilegios.
El autor de este artículo recuerda cuando “el tocayo” fue excluido como candidato a la presidencia municipal de Pachuca y se le negó la posibilidad de presidir la comisión de derechos humanos. En esa ocasión, le dijimos en su oficina ubicada a un costado del ex convento de San Francisco que su mejor opción para crecer era a través de la izquierda, destacando su buena imagen y honestidad para ello.
En política, los cambios sociales no ocurren de la noche a la mañana. A dos años del gobierno de Morena, Menchaca todavía tiene tiempo para definirse y definir el rumbo de Hidalgo con principios éticos y políticos claros, alejándose de viejas amistades y priorizando los ideales.
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PD. A veces actuar con ideales en política va en contra de tus amistades y de tu propia familia, pero es en beneficio de la colectividad.