Julio Gálvez
Hace unos meses, Joseph W. Sullivan (JWS), ex consultor del Consejo Económico bajo la administración Trump, planteó en el portal Foreign Policy una afirmación que resonó en los círculos financieros globales: "una divisa BRICS podría sacudir el dominio del dólar" al considerar que "el momento de la desdolarización puede haber llegado finalmente". Sullivan se refería a una "desdolarización suave", una tendencia creciente en el comercio internacional, especialmente en sectores como el petróleo, que ha comenzado a erosionar el monopolio del dólar estadounidense.
En un artículo reciente, promovido por IC Markets y difundido por el influyente portal globalista Bloomberg, Sullivan refuerza su postura al advertir que el "omnipotente dólar está amenazado: atacado por los países BRICS". Según su análisis, el éxito de una "divisa BRICS" dependerá de la habilidad política y económica de sus promotores. Para Sullivan, las opciones son claras: o los BRICS fracasan y decepcionan a quienes esperan un cambio sísmico en el panorama geopolítico, o avanzan con determinación hacia la creación de una divisa alternativa.
Una de las principales motivaciones detrás del impulso de Rusia y China hacia una divisa BRICS, sostiene Sullivan, es la militarización del dólar. Las sanciones impuestas a Rusia, que incluyen la expropiación de más de 300 mil millones de dólares depositados en bancos occidentales, han demostrado el poder coercitivo de Estados Unidos. Sin embargo, este uso excesivo del dólar como arma financiera ha comenzado a despertar una reacción adversa en el sistema internacional.
Los datos respaldan las preocupaciones de Sullivan. El porcentaje del dólar en las reservas oficiales Forex ha caído significativamente, pasando de un 72.5% en 2002 a un 59% en 2023. Sullivan señala que las sanciones de Estados Unidos a grandes economías como Rusia y China son un juego diferente al de sancionar a países más pequeños como Venezuela o Irán. La "borrachera" de la militarización financiera parece estar seguida por una "cruda" que Washington ya empieza a experimentar.
Sullivan también toca el tema de la "desdolarización dura", que va más allá del comercio y abarca la infraestructura financiera global como el sistema de pagos SWIFT. Alex Holmes, de Oxford Economics, argumenta que el dólar sigue siendo intrínseco al sistema financiero moderno, dado que más del 90% de las transacciones de divisas todavía involucran la moneda estadounidense. Así, el dominio del dólar en los mercados globales, desde las transacciones hasta las reservas Forex y los pagos SWIFT, sigue siendo inquebrantable.
Por otro lado, el mercado de Bonos del Tesoro de Estados Unidos, con un valor aproximado de 24 billones de dólares, mantiene al dólar como el depósito de valor más confiable. A pesar de esto, el presidente ruso Vladimir Putin advirtió que Occidente está socavando su propia credibilidad al congelar fondos de manera ilegal e imponer restricciones comerciales, contribuyendo así a la erosión del sistema financiero global que ellos mismos construyeron.
La "desdolarización suave", aunque es un fenómeno a corto plazo, comienza a socavar lentamente la "desdolarización hard". Este cambio gradual podría compararse con la metáfora de la rana que hierve lentamente en una olla de agua caliente. El altísimo precio del petróleo es solo uno de los signos ominosos de este nuevo orden mundial en gestación.
El tránsito del dominio unipolar del dólar a un (con)dominio multipolar de divisas dependerá de la cohesión interna de los BRICS+ y de la resiliencia de India, factores directamente proporcionales al declive del G-7. La pregunta clave no es si el dólar caerá, sino cuándo y cómo se reconfigurará el mapa económico global en respuesta a este fenómeno de desdolarización en curso.