Jorge Montejo
Con 10 votos a favor y uno en contra, el Instituto Nacional Electoral (INE) ha hecho oficial lo que muchos veían venir: la desaparición del PRD como partido político nacional. Esto, después de no superar el umbral del 3% de votos en las elecciones del pasado 2 de junio.
El 19 de septiembre quedará marcado en los calendarios de los nostálgicos como el día en que el Sol Azteca se eclipsó oficialmente. En una sesión cargada de recuerdos emotivos y miradas al pasado, representantes de partidos rivales recordaron los buenos viejos tiempos del PRD.
Pero no todo es melancolía y sentimentalismo. El INE, advirtió que el PRD aún tiene que cumplir con sus obligaciones fiscales, porque, al parecer, las deudas son lo último que se pierde en política. Además, los preciados tiempos en radio y televisión que el PRD tenía asignados serán redistribuidos a partidos que aún logran convencer a más del 3% de los votantes. ¡Qué generoso es el mundo de la política!
Ángel Ávila, representante del PRD, proclamó con un aire de tragedia que era "un día de luto para la democracia". Sí, porque todos sabemos que el fin del PRD es el fin del mundo tal como lo conocemos. Aun así, Ávila tuvo la decencia de admitir que los errores cometidos, por insignificantes que parezcan, se reflejaron en los resultados de la elección. ¡Bravo por la sinceridad!
"Hoy los resultados son claros y los números son fríos y así hay que tomarlos y despedirnos con mucha dignidad de este Consejo General. Nos vamos orgullosos de lo que logramos", declaró Ávila, probablemente con una lágrima rodando por su mejilla y una mirada al horizonte, soñando con días mejores.
Los consejeros electorales, en un despliegue de cortesía y buenos modales, emitieron mensajes elogiando la labor realizada por el PRD durante sus 35 años de vida. Porque, al fin y al cabo, en política, siempre hay tiempo para un último cumplido antes de cerrar la puerta.