Jorge Montejo
En una revelación que sacude los cimientos del caso Ayotzinapa, Tomás Zerón, exdirector de la Agencia de Investigación Criminal, ha señalado directamente al expresidente Enrique Peña Nieto como el principal artífice de la llamada "verdad histórica". Según Zerón, esta narrativa fue construida en reuniones presididas por Peña Nieto, con la participación de altos funcionarios de su administración, incluyendo a Miguel Ángel Osorio Chong, Salvador Cienfuegos, Vidal Soberón, Eugenio Ímaz, Aurelio Nuño y Eduardo Sánchez.
Las declaraciones de Zerón, contenidas en un cuestionario de 70 preguntas entregado a Alejandro Encinas, entonces subsecretario de Derechos Humanos y titular de la Comisión de la Verdad y Acceso a la Justicia del Caso Ayotzinapa (Covaj).
Estas respuestas, documentadas en el "Anexo 4" del cuestionario titulado "COVAJ", ofrecen una perspectiva hasta ahora inédita sobre los eventos que llevaron a la construcción de la versión oficial sobre la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa.
Zerón se presenta a sí mismo como un mero "vocero" de una verdad a cuya construcción asegura ser ajeno. Según él, fue Peña Nieto quien orquestó la narrativa que más tarde se conocería como la "verdad histórica", desestimando cualquier responsabilidad propia en el caso.
Las revelaciones de Zerón se suman a las ya conocidas maniobras del gobierno de López Obrador y la Fiscalía General de la República (FGR) que han acusado únicamente al exprocurador Jesús Murillo Karam de ser el creador de la "verdad histórica". Sin embargo, el testimonio de Zerón pone en evidencia que dicha versión no fue una obra individual, sino el resultado de decisiones tomadas al más alto nivel del gobierno de Peña Nieto.
En el cuestionario, Encinas le pregunta a Zerón sobre las investigaciones paralelas realizadas por la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) bajo la dirección del general Salvador Cienfuegos, a lo que Zerón responde que no tuvo conocimiento de tales investigaciones. Esta afirmación se alinea con la defensa que ha hecho el gobierno de López Obrador, quien ha exculpado a Cienfuegos y a las fuerzas armadas de cualquier implicación en el encubrimiento de información relacionada con el caso Ayotzinapa.
No obstante, la presión sobre el gobierno de López Obrador no ha cesado. En abril de este año, la revista Proceso detalló la "Operación Silencio", una estrategia sistemática de la Sedena para ocultar información clave antes, durante y después de los sucesos violentos del 26 y 27 de septiembre de 2014. El Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI) reveló en su sexto informe que la Sedena aún posee información crucial sobre los posibles responsables y el destino de los estudiantes desaparecidos, información que hasta ahora no ha sido completamente revelada.
Zerón, quien huyó a Israel en 2020 para evitar una orden de aprehensión por su presunta participación en delitos de tortura, violación de derechos humanos y desaparición forzada en el caso Ayotzinapa, ha mantenido un perfil bajo en el extranjero. Su capacidad para ingresar a Israel, un país sin acuerdo de extradición con México, ha sido facilitada por sus conexiones en la industria de la ciberseguridad y el espionaje.
La huida de Zerón y su reciente testimonio reavivan las sospechas sobre la implicación del presidente de la república en la creación de una narrativa que sigue dividiendo a la opinión pública y dejando una herida abierta en la historia contemporánea de México. Su testimonio no solo cuestiona la versión oficial que defendió Peña Nieto, sino que también subraya las complejidades y las luchas internas en torno a la búsqueda de la verdad en uno de los casos más dolorosos y controvertidos de la historia reciente del país.
En este contexto, no podemos olvidar el papel de Miguel Ángel Osorio Chong, entonces secretario de Gobernación, quien permitió la entrada al país de un grupo de expertos independientes para revisar el caso. Este acto, que parecía un gesto de transparencia, terminó por cuestionar profundamente a Murillo Karam, para culpar al ex gobernador de Hidalgo y no responsabilizaran a Peña Nieto y a él mismo.
Zerón se presenta a sí mismo como un mero "vocero" de una verdad a cuya construcción asegura ser ajeno. Según él, fue Peña Nieto quien orquestó la narrativa que más tarde se conocería como la "verdad histórica", desestimando cualquier responsabilidad propia en el caso.
Las revelaciones de Zerón se suman a las ya conocidas maniobras del gobierno de López Obrador y la Fiscalía General de la República (FGR) que han acusado únicamente al exprocurador Jesús Murillo Karam de ser el creador de la "verdad histórica". Sin embargo, el testimonio de Zerón pone en evidencia que dicha versión no fue una obra individual, sino el resultado de decisiones tomadas al más alto nivel del gobierno de Peña Nieto.
En el cuestionario, Encinas le pregunta a Zerón sobre las investigaciones paralelas realizadas por la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) bajo la dirección del general Salvador Cienfuegos, a lo que Zerón responde que no tuvo conocimiento de tales investigaciones. Esta afirmación se alinea con la defensa que ha hecho el gobierno de López Obrador, quien ha exculpado a Cienfuegos y a las fuerzas armadas de cualquier implicación en el encubrimiento de información relacionada con el caso Ayotzinapa.
No obstante, la presión sobre el gobierno de López Obrador no ha cesado. En abril de este año, la revista Proceso detalló la "Operación Silencio", una estrategia sistemática de la Sedena para ocultar información clave antes, durante y después de los sucesos violentos del 26 y 27 de septiembre de 2014. El Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI) reveló en su sexto informe que la Sedena aún posee información crucial sobre los posibles responsables y el destino de los estudiantes desaparecidos, información que hasta ahora no ha sido completamente revelada.
Zerón, quien huyó a Israel en 2020 para evitar una orden de aprehensión por su presunta participación en delitos de tortura, violación de derechos humanos y desaparición forzada en el caso Ayotzinapa, ha mantenido un perfil bajo en el extranjero. Su capacidad para ingresar a Israel, un país sin acuerdo de extradición con México, ha sido facilitada por sus conexiones en la industria de la ciberseguridad y el espionaje.
La huida de Zerón y su reciente testimonio reavivan las sospechas sobre la implicación del presidente de la república en la creación de una narrativa que sigue dividiendo a la opinión pública y dejando una herida abierta en la historia contemporánea de México. Su testimonio no solo cuestiona la versión oficial que defendió Peña Nieto, sino que también subraya las complejidades y las luchas internas en torno a la búsqueda de la verdad en uno de los casos más dolorosos y controvertidos de la historia reciente del país.
En este contexto, no podemos olvidar el papel de Miguel Ángel Osorio Chong, entonces secretario de Gobernación, quien permitió la entrada al país de un grupo de expertos independientes para revisar el caso. Este acto, que parecía un gesto de transparencia, terminó por cuestionar profundamente a Murillo Karam, para culpar al ex gobernador de Hidalgo y no responsabilizaran a Peña Nieto y a él mismo.
Años después, la Cuarta Transformación aún no ha logrado establecer una nueva narrativa, y la "verdad histórica" sigue siendo el punto de referencia más sólido en el caso Ayotzinapa. Mientras tanto, el testimonio de Zerón añade otra capa de complejidad a un caso que sigue siendo un símbolo de impunidad y falta de justicia en México.