Dos décadas atrás inició con su comunidad de Tepetitlán una batalla para frenar este desastre, que incluye la contaminación de pozos de agua que abastecen a esta región agrícola, y posibles casos de cáncer.
A orillas de una represa de aguas negras en el centro de México, junto a una nube de mosquitos que revolotean entre lirios y basura, Yury Uribe empieza a ver luz tras años de lucha para salir de un "infierno ambiental".
Vive al lado de la presa Endhó, en el estado de Hidalgo, que recibe casi todas las aguas residuales de Ciudad de México y su zona metropolitana -donde viven 22 millones de personas-, así como desechos industriales y hasta cadáveres.