Alonso Quijano
Lorenzo Córdova, exconsejero presidente del Instituto Nacional Electoral (INE), ha vuelto al centro de la polémica tras un reciente pronunciamiento en redes sociales. Esta vez, pidió al órgano electoral seguir la propuesta de la consejera Claudia Zavala Pérez para “corregir un error” que, según él, permite la sobrerrepresentación de las coaliciones partidistas en el Congreso. Sin embargo, esta súbita preocupación no ha sido bien recibida por la ciudadanía, que no tardó en señalar la incongruencia de sus palabras, recordando que durante su gestión no hizo nada por “corregir” o impulsar una modificación a dicho problema.
El pasado 23 de agosto, el Consejo General del INE aprobó, por siete votos a favor y cuatro en contra, la conformación de la Cámara de Diputados, en la cual Morena y sus aliados, el Partido del Trabajo (PT) y el Partido Verde Ecologista de México (PVEM), aseguraron una mayoría calificada, respetando lo estipulado en la Constitución. Con 236 diputados para Morena, 77 para el Verde y 51 para el PT, la coalición suma 364 legisladores en la Cámara Baja, suficientes para modificar la Carta Magna sin necesidad de consenso con la oposición. En el Senado, sin embargo, la situación es distinta: Morena y sus aliados alcanzaron 83 escaños, quedándose a tres senadores de la mayoría calificada, lo que les obligará a negociar con la oposición para aprobar cualquier reforma constitucional.
En este escenario, Córdova mostró su apoyo a la iniciativa de la consejera Zavala, quien propuso reducir la representación de Morena y sus aliados a 317 escaños, una interpretación aritmética del artículo 54 constitucional que los dejaría lejos de la mayoría calificada en San Lázaro. La propuesta, sin embargo, fue vista por muchos como un intento tardío de Córdova por reivindicarse tras su inacción durante años en los que pudo haber promovido una reforma al artículo 54 o, al menos, presionado al Poder Legislativo para abordar el tema de la sobrerrepresentación.
Las críticas no se hicieron esperar. Usuarios de redes sociales cuestionaron la hipocresía de Córdova al señalar que, cuando tuvo el poder de hacer algo al respecto, prefirió guardar silencio. Algunos fueron más allá y lo acusaron de ser un aliado del PAN y PRI, partidos que también se beneficiaron en su momento de la misma sobrerrepresentación que hoy él condena. Otros lamentaron que Córdova no haya levantado la voz cuando la reforma electoral del presidente Andrés Manuel López Obrador, que entre otras cosas buscaba eliminar dicha sobrerrepresentación, fue rechazada por la oposición.
En conclusión, la tardía preocupación de Lorenzo Córdova por la sobrerrepresentación partidista ha dejado un mal sabor de boca en la opinión pública, que no olvida su pasividad cuando tenía la posibilidad de actuar. Este episodio pone de manifiesto la inconsistencia de una figura que, en lugar de liderar con integridad, optó por sumarse al coro de quienes critican solo cuando ya no tienen el poder para hacer algo al respecto.
