#Opinión | Julio Gálvez
Diversos abogados barristas y maestros me han solicitado que me exprese respecto al comunicado de la Barra Mexicana, Colegio de Abogados del Estado de Hidalgo, A.C. el cual les causa preocupación.
De esta forma, se reconoce la antigüedad de la Barra Mexicana, Colegio de Abogados del Estado de Hidalgo, fundada el 16 de febrero de 1956 en donde han existido notables abogados. Sin embargo, en su evolución, perdieron el reconocimiento de la prestigiosa Barra Mexicana, Colegio de Abogados A.C., debido a malas prácticas que costaron su degradación, por lo que, el uso del nombre por parte de la barra hidalguense es engañoso.
Utilizan un nombre que genera confusión con la prestigiosa Barra Mexicana, Colegio de Abogados A.C., Es más, en el pasado, esta misma barra hidalguense fue parte de la reconocida asociación nacional, pero se le degradó debido a que no se pagaron las cuotas y usaron a dicha organización con fines políticos, dejándolos sólo como capítulo. Así que, si se jactan de ser autónomos, que quede claro: no son parte de la Barra Mexicana, Colegio de Abogados A.C.
El uso de un nombre tan similar no es casualidad. Esta semejanza puede busca engañar a la gente, haciéndoles creer que están tratando con la prestigiosa asociación nacional, cuando en realidad, no es así. Se trata de una entidad distinta como explica el comunicado, cuya evolución ha estado marcada por prácticas cuestionables que le valieron la degradación por parte de la verdadera Barra Mexicana, Colegio de Abogados A.C.
Como litigante en materia de amparo, uno se enfrenta constantemente al poder y a la corrupción que este genera. El juicio de amparo es el único medio eficaz para enfrentar al poder en defensa de los derechos humanos fundamentales. Sin embargo, resulta paradójico y preocupante ver a abogados que deberían ser independientes, retratados con los mismos titulares de las instituciones que se demandan en estos juicios.
La autonomía de una barra de abogados es esencial para la defensa de los derechos de las personas. No debe estar sometida a un gobierno ni a sus intereses. Es decepcionante, como abogado constitucionalista, no poder encontrar una barra que realmente se dedique al derecho, al estudio y a la investigación, formando mejores abogados en Hidalgo. En lugar de ello, vemos cómo las universidades también están sometidas al gobierno, preparando a los alumnos no para defender los derechos, sino para trabajar en el gobierno o convertirse en políticos.
Para los nuevos alumnos de derecho, debe ser desalentador inscribirse creyendo que forman parte de la prestigiosa Barra Mexicana, Colegio de Abogados A.C., solo para descubrir que se trata de una barra hidalguense independiente y autónoma.
Es imperativo que los futuros abogados estén bien informados y no sean víctimas de denominaciones confusas que buscan aprovecharse del prestigio ajeno. La verdadera autonomía y la lucha por la justicia no deben ser meros slogans, sino principios rectores de toda organización dedicada al derecho.
En definitiva, la Barra Mexicana, Colegio de Abogados del Estado de Hidalgo, debe ser transparente y honesta sobre su identidad y su historia. La confusión deliberada no solo sería deshonesta, sino que también socavaría la confianza en las instituciones que deberían ser pilares de la justicia y la defensa de los derechos en Hidalgo.
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PD. La presente crítica no significa que el suscriptor de este artículo esté cerrado al diálogo respecto a este tema en la opinión pública, para lograr proyectos que mejoren la educación del derecho en Hidalgo.
El uso de un nombre tan similar no es casualidad. Esta semejanza puede busca engañar a la gente, haciéndoles creer que están tratando con la prestigiosa asociación nacional, cuando en realidad, no es así. Se trata de una entidad distinta como explica el comunicado, cuya evolución ha estado marcada por prácticas cuestionables que le valieron la degradación por parte de la verdadera Barra Mexicana, Colegio de Abogados A.C.
Como litigante en materia de amparo, uno se enfrenta constantemente al poder y a la corrupción que este genera. El juicio de amparo es el único medio eficaz para enfrentar al poder en defensa de los derechos humanos fundamentales. Sin embargo, resulta paradójico y preocupante ver a abogados que deberían ser independientes, retratados con los mismos titulares de las instituciones que se demandan en estos juicios.
La autonomía de una barra de abogados es esencial para la defensa de los derechos de las personas. No debe estar sometida a un gobierno ni a sus intereses. Es decepcionante, como abogado constitucionalista, no poder encontrar una barra que realmente se dedique al derecho, al estudio y a la investigación, formando mejores abogados en Hidalgo. En lugar de ello, vemos cómo las universidades también están sometidas al gobierno, preparando a los alumnos no para defender los derechos, sino para trabajar en el gobierno o convertirse en políticos.
Para los nuevos alumnos de derecho, debe ser desalentador inscribirse creyendo que forman parte de la prestigiosa Barra Mexicana, Colegio de Abogados A.C., solo para descubrir que se trata de una barra hidalguense independiente y autónoma.
Es imperativo que los futuros abogados estén bien informados y no sean víctimas de denominaciones confusas que buscan aprovecharse del prestigio ajeno. La verdadera autonomía y la lucha por la justicia no deben ser meros slogans, sino principios rectores de toda organización dedicada al derecho.
En definitiva, la Barra Mexicana, Colegio de Abogados del Estado de Hidalgo, debe ser transparente y honesta sobre su identidad y su historia. La confusión deliberada no solo sería deshonesta, sino que también socavaría la confianza en las instituciones que deberían ser pilares de la justicia y la defensa de los derechos en Hidalgo.
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PD. La presente crítica no significa que el suscriptor de este artículo esté cerrado al diálogo respecto a este tema en la opinión pública, para lograr proyectos que mejoren la educación del derecho en Hidalgo.