Alonso Quijano.
La saga judicial de Genaro García Luna, el exsecretario de Seguridad Pública de México, sufrió un giro significativo cuando su defensa falló en el intento de promover un nuevo juicio. Esta derrota legal, ocurrida el 7 de agosto bajo la decisión del juez Brian Cogan, no solo mantiene la sentencia condenatoria en su contra, sino que también abre la posibilidad de que el otrora “súper policía” panista se vea forzado a colaborar con las autoridades estadounidenses. Esto podría incluir brindar información crucial sobre el narcotráfico y la presunta colusión con las altas esferas del poder en México, un escenario que podría llegar hasta el expresidente Felipe Calderón Hinojosa.
La negativa del juez Cogan a aceptar un nuevo juicio deja a García Luna con pocas opciones, más allá de convertirse en un testigo cooperante. Según analistas consultados, su única salida viable para evitar la cadena perpetua sería proporcionar información que permita abrir nuevas causas penales contra figuras de mayor peso que él. Aunque no hay garantías de que esto signifique incriminar a Calderón, la posibilidad de un acuerdo depende de los fiscales y de la aceptación del juez. Mike Vigil, exjefe de operaciones internacionales de la DEA, comentó que en estos casos, los fiscales suelen exigir que el acusado entregue a alguien de mayor rango, lo que pone en la mesa a figuras como el expresidente, aunque hasta ahora no existe evidencia clara que lo vincule directamente.
¿Un acuerdo sorpresa?
Guadalupe Correa-Cabrera, profesora-investigadora de Política y Gobierno, no descarta que García Luna pueda llegar a un acuerdo con el Departamento de Justicia de Estados Unidos, aunque advierte que, debido a la opacidad del sistema estadounidense en casos de narcotráfico, el resultado es incierto. Recordó que en situaciones anteriores, como en el caso de “La Barbie”, se han logrado acuerdos post-sentencia, lo que podría permitir a García Luna reducir su condena si ofrece información valiosa. Sin embargo, Correa-Cabrera subraya que no hay garantía de que esta información involucre a Calderón, y podría tratarse de detalles sobre las operaciones del Cártel de Sinaloa o de otros personajes relacionados con el narcotráfico.
La situación de García Luna, de 57 años, se ha tornado cada vez más complicada desde que un jurado popular en Nueva York lo declaró culpable en febrero de 2023 por liderar operaciones criminales del Cártel de Sinaloa. La defensa intentó presentar pruebas inéditas para desacreditar la condena, basándose en testimonios supuestamente contaminados de testigos como el exfiscal de Nayarit, Édgar Veytia, y Óscar Nava Valencia, quienes aseguraron haber sobornado al exsecretario de Seguridad. No obstante, los fiscales presentaron nueva evidencia que refutó estos argumentos, y el juez Cogan citó intentos de García Luna por obstruir la justicia mediante sobornos, lo que terminó de sellar su destino judicial.
¿Un acuerdo que alcance a Calderón?
Desde la sentencia, las especulaciones sobre la posible implicación de Felipe Calderón han sido constantes. Sin embargo, la realidad es que hasta ahora no hay pruebas que lo vinculen directamente con las actividades ilícitas de García Luna durante su administración. Vigil y Correa-Cabrera coinciden en que, aunque la colaboración de García Luna con las autoridades estadounidenses podría abrir nuevas líneas de investigación, no necesariamente involucraría a Calderón. Más bien, la información podría centrarse en detalles sobre los cárteles de la droga, sus operaciones y los personajes con los que García Luna tuvo contacto.
La opacidad en la forma en que el sistema de justicia estadounidense maneja estos acuerdos deja abierta la posibilidad de sorpresas, pero también de dudas. Como recordó Correa-Cabrera, la sentencia de García Luna se basó en gran medida en testimonios de testigos protegidos, sin presentar pruebas materiales contundentes, lo que podría influir en la naturaleza de cualquier acuerdo que se logre en el futuro. Mientras tanto, la fecha para la sentencia definitiva de García Luna está fijada para el 9 de octubre, donde podría enfrentarse a un mínimo de 20 años o hasta cadena perpetua. Lo que ocurra después de ese día podría redefinir el panorama político y judicial en ambos lados de la frontera.
Guadalupe Correa-Cabrera, profesora-investigadora de Política y Gobierno, no descarta que García Luna pueda llegar a un acuerdo con el Departamento de Justicia de Estados Unidos, aunque advierte que, debido a la opacidad del sistema estadounidense en casos de narcotráfico, el resultado es incierto. Recordó que en situaciones anteriores, como en el caso de “La Barbie”, se han logrado acuerdos post-sentencia, lo que podría permitir a García Luna reducir su condena si ofrece información valiosa. Sin embargo, Correa-Cabrera subraya que no hay garantía de que esta información involucre a Calderón, y podría tratarse de detalles sobre las operaciones del Cártel de Sinaloa o de otros personajes relacionados con el narcotráfico.
La situación de García Luna, de 57 años, se ha tornado cada vez más complicada desde que un jurado popular en Nueva York lo declaró culpable en febrero de 2023 por liderar operaciones criminales del Cártel de Sinaloa. La defensa intentó presentar pruebas inéditas para desacreditar la condena, basándose en testimonios supuestamente contaminados de testigos como el exfiscal de Nayarit, Édgar Veytia, y Óscar Nava Valencia, quienes aseguraron haber sobornado al exsecretario de Seguridad. No obstante, los fiscales presentaron nueva evidencia que refutó estos argumentos, y el juez Cogan citó intentos de García Luna por obstruir la justicia mediante sobornos, lo que terminó de sellar su destino judicial.
¿Un acuerdo que alcance a Calderón?
Desde la sentencia, las especulaciones sobre la posible implicación de Felipe Calderón han sido constantes. Sin embargo, la realidad es que hasta ahora no hay pruebas que lo vinculen directamente con las actividades ilícitas de García Luna durante su administración. Vigil y Correa-Cabrera coinciden en que, aunque la colaboración de García Luna con las autoridades estadounidenses podría abrir nuevas líneas de investigación, no necesariamente involucraría a Calderón. Más bien, la información podría centrarse en detalles sobre los cárteles de la droga, sus operaciones y los personajes con los que García Luna tuvo contacto.
La opacidad en la forma en que el sistema de justicia estadounidense maneja estos acuerdos deja abierta la posibilidad de sorpresas, pero también de dudas. Como recordó Correa-Cabrera, la sentencia de García Luna se basó en gran medida en testimonios de testigos protegidos, sin presentar pruebas materiales contundentes, lo que podría influir en la naturaleza de cualquier acuerdo que se logre en el futuro. Mientras tanto, la fecha para la sentencia definitiva de García Luna está fijada para el 9 de octubre, donde podría enfrentarse a un mínimo de 20 años o hasta cadena perpetua. Lo que ocurra después de ese día podría redefinir el panorama político y judicial en ambos lados de la frontera.