Jorge Montejo.
La gente, astuta y observadora, ya se está dando cuenta de que los políticos de Morena en Hidalgo no son más que unos impostores. Esos personajes expriistas que, en un salto magistral de conveniencia, brincaron a Morena en busca de sus propios intereses particulares, han dejado una huella inconfundible en la política del estado.
Tomemos como ejemplo las grandes y, sin duda, necesarias obras como el domo de la Feria de San Francisco, una obra de infraestructura que sin duda cambiará el curso de la historia hidalguense. Porque, ¿qué sería de Hidalgo sin su flamante domo? Un estado desolado, sin dirección, sin propósito. Pero gracias a esta imprescindible construcción, el futuro de Hidalgo y la 4T brilla con más fuerza que nunca. ¡Bravo!
Y ahora, con la presentación de los pormenores de la Feria de San Francisco Pachuca 2024, el director de la Operadora de Eventos del Estado de Hidalgo (OEEH), Marco Antonio Aranzábal, nos ha iluminado con otra brillante estrategia. La venta de alcohol dentro de dicho recinto será controlada a través de un centro de distribución que se encargará de proporcionar el producto certificado con todos los sellos oficiales de calidad a los expositores. ¡Qué alivio! Ya podemos dormir tranquilos sabiendo que cada gota de alcohol vendida en la feria estará rigurosamente supervisada.
En un gesto que nos remonta a la Edad Media, el negocio del alcohol será controlado por un empresario al que, generosamente, le han otorgado el monopolio de la venta de alcohol. Como si se tratara de un feudo medieval, este noble empresario asegurará que el alcohol fluya solo a través de sus manos, evitando la anarquía etílica que podría surgir si cada quien vendiera lo que quisiera. Porque, claro, en ninguna otra feria del país se limita la venta de alcohol de esta manera tan medievalmente moderna.
Aranzábal también mencionó que existirá una supervisión implacable para registrar que todos los establecimientos con venta de bebidas alcohólicas distribuyan únicamente lo adquirido a través del centro de distribución. Además, vigilarán celosamente que estos productos sean vendidos solo a mayores de 18 años. ¡Qué compromiso con la legalidad y la salud pública!
Es evidente que un grave problema de Hidalgo es el tema del alcohol en su maravillosa feria. Porque cuando uno piensa en cultura y desarrollo, lo primero que viene a la mente es un palenque con artistas que contribuyen enormemente al acervo cultural del estado. No vaya usted a creer que la Feria de San Francisco es un negocio redondo para nuestros políticos. ¡Qué va! Es una labor altruista, un servicio a la comunidad, un compromiso con el desarrollo cultural de Hidalgo.
Así que ahí lo tienen, la encrucijada de Hidalgo. Un estado donde los políticos expriistas disfrazados de morenistas hacen malabares con sus propios intereses, mientras controlan el flujo del alcohol como si estuviéramos en tiempos de castillos y caballeros. Todo ello, claro está, en nombre de la 4T, del progreso y la civilización. ¡Salud por Hidalgo y sus grandes líderes!