#Opinión | Jorge Montejo
En las oscuras y húmedas cloacas de Morena Hidalgo, se rumorea que el maestro de ceremonias de la democracia de plástico, Marcó Rico, ya está afilando sus garras para la próxima elección. Sí, ese mismo Marcó Rico, cuya reputación de negociante político lo precede, parece estar listo para seguir con la tradición más sagrada de la política hidalguense: la venta de candidaturas a priistas. Porque, ¿qué sería de una elección en Hidalgo sin un buen tianguis de posiciones de poder?
Esta vez, el astuto Marcó no se ha quedado con los brazos cruzados. Ya ha enviado a su fiel escudero, Enedino Madrid, a recorrer los caminos del estado para empezar a negociar –o mejor dicho, estafar– a aquellos incautos interesados en una candidatura. Porque en este juego de poder, la lealtad, el compromiso y las ideas políticas son solo palabras vacías; lo que realmente importa es quién puede pagar más por un puesto en la boleta.
El espectáculo ha comenzado, y los actores principales ya están en escena. Que corran las apuestas, que en Morena Hidalgo las candidaturas son para el mejor postor, como por ejemplo, uno de ellos podría ser Gargamel. Y mientras los demás se preocupan por ganar votos, Marcó Rico se asegura de ganar, de antemano, lo que realmente importa: el control absoluto del escenario político, con las arcas bien llenas, por supuesto.
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PD. Ya negocian con la gente de Osorio Chong.
Además se rumora en las alcantarillas que Dino, es el proveedor de galletas en los eventos de Morena 🤣
