Alonso Quijano
En un mensaje contundente, Claudia Sheinbaum, presidenta electa de México, reafirmó su compromiso con los principios fundamentales de la Cuarta Transformación al declarar que "nos debemos al pueblo de México". Estas palabras dirigidas a los integrantes del movimiento buscan reforzar la iniciativa de no robar, no mentir y no traicionar, como pilares de su próximo gobierno. Al concluir su discurso, Sheinbaum entonó por primera vez el himno nacional como presidenta electa, un acto simbólico que marca el inicio de una nueva etapa para la nación.
Durante su intervención, Sheinbaum hizo un llamado a la sociedad para que se le nombre "presidenta", subrayando la importancia de que las mujeres también pueden y deben tomar las riendas de la nación. Este gesto es más que una cuestión de lenguaje; es una declaración de intenciones para fortalecer el liderazgo femenino en México. "Las mujeres podemos también tomar el rumbo de la nación en nuestras manos y en nuestra mente", afirmó, enviando un mensaje claro de empoderamiento a todas las mexicanas.
Dirigiéndose a su partido, Morena, Sheinbaum anunció que a partir del 1º de octubre dejará de representar a una parte de la sociedad para convertirse en representante de todos los mexicanos. En este sentido, recomendó la realización de una asamblea nacional para actualizar al partido, proponiendo una separación clara entre Morena y el Estado mexicano, y sugiriendo la elección de una nueva dirigencia partidista. A los legisladores de la Cuarta Transformación les auguró un congreso que "una vez más, estará haciendo historia".
En cuanto a la reforma judicial, Sheinbaum aseguró que su gobierno garantizará los derechos laborales de los trabajadores y trabajará para asegurar la independencia del Poder Judicial, eliminando la corrupción que lo ha plagado. Además, afirmó que la elección de ministros, magistrados y jueces mediante un mandato popular fortalecerá la democracia, separando la justicia del poder económico.
Sheinbaum también subrayó que este es un "tiempo de mujeres", y por ello su administración reconocerá y priorizará los intereses de las mujeres mexicanas. Anunció programas específicos, como el apoyo a mujeres de 63 y 64 años, becas universales para niños de educación básica pública, y un programa de salud casa por casa. Además, adelantó planes de justicia para pueblos originarios y afromexicanos, y reafirmó su compromiso con la construcción de un sistema de salud pública unificado que atienda a todas y todos los mexicanos.
En el ámbito educativo, la presidenta electa prometió el fin del USICAMM (Unidad del Sistema para la Carrera de las Maestras y los Maestros), proponiendo un nuevo programa centrado en el desarrollo de los profesores. También se comprometió a la construcción de nuevas escuelas de nivel medio y superior, y a mejorar la salud pública, la vivienda, la seguridad, la ciencia, la alimentación y el desarrollo, con especial énfasis en garantizar el derecho humano al agua.
Finalmente, Sheinbaum envió un mensaje a la oposición, instándola a reflexionar sobre los cambios que ha experimentado el país y a entender las razones detrás de su triunfo el 2 de junio. Con un margen de 32 puntos sobre el segundo lugar, Sheinbaum destacó que su victoria refleja el deseo del pueblo de continuar con el proyecto de la Cuarta Transformación. Prometió un gobierno que mantendrá los principios y causas del movimiento, y que se someterá únicamente al poder del pueblo de México. Además, aseguró que durante su mandato no aumentarán los precios de la gasolina, el gas LP, la electricidad ni la canasta básica, mientras que continuarán los aumentos al salario mínimo.
Con este mensaje, Claudia Sheinbaum se posiciona como una líder comprometida con la inclusión, la justicia y el desarrollo sostenible, dispuesta a consolidar los avances logrados y a abrir nuevas puertas para el futuro de México.