María Gil.
Rompiendo todas las encuestas, la unión de la izquierda del Nuevo Frente Popular (NFP), compuesto por La Francia Insumisa (LFI), el Partido Socialista, Ecologistas y el Partido Comunista Francés, ha ganado la segunda vuelta de las elecciones legislativas en Francia. Este resultado ha frenado el avance de la extrema derecha liderada por Marine Le Pen, quien partía como gran favorita.
“Nuestro pueblo ha rechazado claramente la propuesta del miedo”, ha afirmado Jean-Luc Mélenchon, presidente de LFI. “El presidente [Emmanuel Macron] tiene el deber de llamar al Nuevo Frente Popular a gobernar”, añadió. Por su parte, el Elíseo ha confirmado en un comunicado que el presidente Macron no saldrá a hablar y que esperará a la “estructuración” de la nueva Asamblea para “tomar las medidas necesarias”.
La coalición NFP ha logrado en total 182 diputados, a los que se suman 13 independientes de izquierda. El macronismo, que en el cómputo final también ha mejorado los pronósticos de los sondeos, ha caído hasta la segunda posición en la Asamblea Nacional, con 168 legisladores.
En contraste, la formación de extrema derecha Agrupación Nacional (RN), que partía como favorita, tendrá que conformarse con la tercera posición, sumando junto a sus aliados 143 escaños. El grupo conservador Los Republicanos se quedará con 45 diputados y otros candidatos independientes de derechas con otra quincena de asientos en la Cámara baja.
Con este nuevo mapa político, la Asamblea Nacional queda sin mayorías claras (la mayoría absoluta es de 289 diputados), lo que introduce una fase de incertidumbre en la gobernabilidad de Francia. La atribución de nombrar un nuevo primer ministro corresponde al presidente de la República, Emmanuel Macron, y los principales dirigentes del NFP, como Mélenchon y el secretario general socialista, Olivier Faure, ya han reclamado que esa atribución sea para alguien de la coalición de izquierdas. El actual primer ministro, el macronista Gabriel Attal, ha anunciado que este lunes presentará su dimisión al presidente.
Estos resultados representan un aumento de aproximadamente 50 escaños para la unión de la izquierda, que en 2022 obtuvo 131 diputados. Ensemble pierde casi 80 escaños frente a los 245 de las últimas elecciones, si bien esperaba un resultado peor y queda como segunda fuerza. Por último, Agrupación Nacional, que esperaba ser el ganador con una cómoda diferencia, ha experimentado una subida considerable de medio centenar de escaños frente a los 89 representantes de 2022.
“Desafortunadamente, la alianza del deshonor y los acuerdos electorales alcanzados entre Emmanuel Macron y Gabriel Attal contra la extrema izquierda impiden un gobierno de RN”, ha dicho Bardella. Por su parte, Le Pen también se ha pronunciado sobre la derrota: “Nuestra victoria sólo se retrasa”. “La marea está subiendo. Esta vez no ha subido lo suficiente, pero sigue subiendo”, añadió.
Marine Tondelier, secretaria nacional de los Ecologistas, también ha celebrado los resultados: “La justicia social ha ganado, la justicia medioambiental ha ganado y el pueblo ha ganado”. “Vamos a gobernar”, prometió.
A partir de ahora no existe un calendario marcado para el presidente Emmanuel Macron, quien debe nombrar al primer ministro. Se abren varios escenarios posibles, como la formación de un gobierno en minoría. El Ejecutivo actual, liderado por Gabriel Attal, de la coalición presidencial de Macron, ha gobernado desde 2022 en minoría con 246 escaños.
Attal ha celebrado los resultados de su partido: “Esta noche, los extremos no tienen mayoría absoluta”. “Leal a la tradición republicana y de acuerdo con mis principios, presentaré mi dimisión. Sé que muchos franceses sienten la inseguridad sobre el futuro dado que no hay una mayoría absoluta. Nuestro país vive una situación política sin precedentes”, ha añadido, asegurando también que seguirá al cargo de sus obligaciones el tiempo necesario para aclarar la situación del próximo gobierno.