Las sombras detrás del atentado fallido a Donald Trump



Julio Gálvez 

A pesar de que en la historia de la humanidad han ocurrido asesinatos de figuras emblemáticas como John F. Kennedy y Luis Donaldo Colosio sigue sin resolverse el atentado fallido a Donald Trump, el cual se encuentra rodeado por presuntas “conexiones” y narrativas llenas de intriga. Más allá de los supuestos vínculos con los globalistas de BlackRock y el Foro Económico Mundial de Davos, surgen varias teorías inquietantes:

Conexión Ucraniana

El FBI pidió información a la SVR rusa sobre Viktor Medvedchuk, líder del partido de oposición en Ucrania. Medvedchuk, perseguido por el presidente Volodymir Zelensky, fue detenido y su partido abolido, para luego ser entregado a Rusia en un intercambio de prisioneros. Según RT y TASS, Medvedchuk escribió una carta a Trump revelando que Zelensky tenía motivos para querer su muerte. Esta teoría se fortalece con la selección de JD Vance como vicepresidente de Trump, quien se ha manifestado en contra de la ayuda a Ucrania promovida por Joe Biden. La agencia de espionaje Molfar, financiada por USAID y el Departamento de Estado, ha colocado a Vance en su lista negra, mientras que figuras mediáticas como Krauze Turrent han intensificado la retórica contra colaboradores de Sputnik.

Conexión Cubana en Miami

Tras el atentado, Sergio Pinto, un desarrollador cubano con vínculos con Jeb Bush, se suicidó en Miami. Esta muerte ha sido vista con sospecha debido a las conexiones políticas implicadas.

Conexión Tailandesa

En la fase post-Trump, se reportaron suicidios extraños: siete vietnamitas, dos con pasaportes estadounidenses, huyeron de Miami a Tailandia, donde seis de ellos fueron encontrados muertos en un hotel en Bangkok.

Conexión Iraní

El exasesor de seguridad nacional de Trump, conocido por su beligerancia, acusó a la teocracia iraní de tener motivos para asesinar al expresidente debido a la muerte del general iraní Qasem Soleimani. Sin embargo, el canciller iraní Ali Bagheri rechazó categóricamente estas acusaciones, calificándolas de inventos de círculos israelíes.

Conexión con BlackRock

Rick Wilson, un político anti-Trump y comentarista de CNN, había exhortado al asesinato de Trump, afirmando que “estaba escrito en el muro”. Similarmente, Krauze Kleinbort, vinculado a figuras como George Soros y los Rothschild, había incitado a la violencia física contra Trump años antes. Se ha revelado que Thomas Matthew Crooks, el tirador oriundo de Pensilvania, tenía vínculos con BlackRock, que manejaba 12.5 billones de dólares y es dirigido por Larry Fink. BlackRock borró su publicidad con Crooks tras el atentado.

El estado de Pensilvania, gobernado por Joshua Shapiro, cercano a la familia Soros, ha sido señalado como un punto crítico en la dinámica política que rodea el atentado. Las inversiones de BlackRock y JPMorgan Chase en Ucrania se ven amenazadas por un posible triunfo de Trump, que significaría una derrota geofinanciera para estos gigantes.

Contexto Geopolítico y Nacionalismo Cristiano

El primer ministro húngaro Viktor Orban, enemigo de Soros, visitó a Trump poco antes del atentado. La misión de paz de Orban en Ucrania y sus reuniones con líderes como Zelensky, Putin, Xi Jinping y Trump han exasperado a los círculos que buscan la derrota de Rusia. El atentado contra Orban y el premier eslovaco Robert Fico, ambos pacifistas, han generado sospechas de una campaña de violencia contra los opositores a la escalada bélica en Ucrania.

La selección de JD Vance como vicepresidente, quien se ha pronunciado contra el apoyo de Biden a Ucrania, refuerza la teoría de una conspiración geopolítica. Más allá de estas conexiones y acusaciones, el intento de asesinato de Trump se enmarca en una colisión ideológica entre la “Agenda 2030” del grupo Soros y el Foro Económico Mundial, así como la “Agenda 2025” del nacionalismo cristiano de Trump.

En este contexto, el legislador republicano Mike Waltz ha acusado a Alejandro Mayorkas, secretario de Seguridad Interior de Biden, de jugar un papel siniestro, y el grupo de Trump ha exigido la renuncia de Kimberly Cheatle, directora del Servicio Secreto, por las graves deficiencias en la protección de Trump y otros candidatos presidenciales.

La visita de Orban a Trump y su misión de paz para Ucrania han sido vistas como un desafío a los círculos belicistas, mientras que las inversiones y la influencia de figuras como Soros y BlackRock continúan siendo objeto de escrutinio y controversia. Las teorías y conexiones alrededor del atentado fallido contra Trump siguen generando especulación y debate, reflejando la profunda polarización y complejidad del panorama político actual.