Julio Gálvez.
El estado de Hidalgo es, en muchos aspectos, un resultado del gerrymandering, una práctica que ha marcado su historia desde su creación. Este término de ciencia política se refiere a la manipulación de las circunscripciones electorales para obtener ventajas específicas en los resultados electorales, favoreciendo a ciertos grupos políticos, partidos o sectores sociales en detrimento de otros. En el caso de Hidalgo, el gerrymandering se llevó a cabo como respuesta a la ingobernabilidad de la época, la vastedad territorial del Estado de México, la escasa infraestructura de comunicaciones, altos niveles de inseguridad y levantamientos indígenas.
La fundación de Hidalgo obedeció a una necesidad política de dividir y controlar mejor a la población del Estado de México. Así, se creó un nuevo estado con el objetivo de reorganizar y dominar políticamente a los ciudadanos, consolidando el poder en manos específicas. Desde entonces, Hidalgo ha sido escenario de lo que se conoce como "Crony Capitalism" o capitalismo de cuates, un sistema en el cual un grupo reducido de políticos se apodera del gobierno y se enriquece a expensas del poder, a través de prestanombres y empresarios corruptos.
En este entorno, los mismos actores políticos han mantenido el control durante décadas, repartiendo las ganancias y beneficios entre ellos, afectando negativamente el libre mercado y la competencia justa. Este monopolio político y económico ha impedido la llegada de inversiones de empresas innovadoras como Uber, o de plantas armadoras de autos como Tesla, ya que los políticos buscan proteger sus intereses y los de sus allegados, quienes poseen los monopolios en sectores clave como el transporte.
El resultado es un sistema económico donde siempre son los mismos los beneficiados, creando monopolios en los sectores más productivos para excluir a las empresas privadas y a los ciudadanos comunes. La economía de Hidalgo depende en gran medida del gobierno, y los jóvenes aspiran a trabajar en el sector público, no por vocación de servicio, sino con la esperanza de enriquecerse ilícitamente, imitando a sus ídolos políticos.
Uno de los problemas más críticos que enfrenta Hidalgo es la falta de agua. Paradójicamente, mientras la población sufre escasez, las grandes empresas, como la planta cervecera, nunca enfrentan esta carencia. Estas compañías se apropian del recurso hídrico, dejando a los ciudadanos con suministros insuficientes. La planta cervecera, en particular, ha sido acusada de agotar los recursos hídricos locales, lo que ilustra cómo las iniciativas de desarrollo pueden terminar perjudicando más que beneficiando a la comunidad.
Además, algunas empresas que se han establecido en Hidalgo han empleado a trabajadores indocumentados de origen chino y han sido señaladas por prácticas ilegales como el huachicoleo de agua. Estas actividades no solo afectan la disponibilidad del recurso para los hidalguenses, sino que también representan un abuso y explotación de trabajadores vulnerables.
Los políticos de Hidalgo prometen grandes inversiones y desarrollo, pero estas promesas se desvanecen en la realidad de una infraestructura deficiente, falta de agua y una creciente inseguridad. Ejemplos como la planta cervecera y las empresas que emplean indocumentados y roban agua ilustran la gravedad del problema y la necesidad de una solución integral.
Para que Hidalgo pueda avanzar y crecer de manera sostenible, es fundamental abordar y solucionar estas problemáticas básicas. La mejora de la infraestructura, el abastecimiento de agua y la seguridad son prerequisitos indispensables para atraer inversiones significativas como las de Tesla, BMW u otras empresas. Sin embargo, mientras persista el monopolio político y económico, y los privilegios se mantengan en manos de unas pocas familias, el desarrollo de Hidalgo seguirá siendo una promesa incumplida.
El camino hacia un Hidalgo próspero pasa por superar el capitalismo de cuates, eliminar los favoritismos y crear un entorno de verdadera libre competencia. Solo así se podrá atraer inversiones, fomentar el crecimiento económico y mejorar la calidad de vida de sus ciudadanos.
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Pd. En el PRI antes regalaban despensas, ahora en Morena regalan pensiones para comprar los votos, así ha evolucionado el engaño de la mafia del poder.
