El PRI y Alito Moreno: Un Desastre Anunciado.



Jorge Montejo.

En un espectáculo de autodestrucción pocas veces visto en la política mexicana, el Partido Revolucionario Institucional (PRI) ha alcanzado sus peores resultados electorales en casi 100 años de existencia. Y, como era de esperarse, el dedo acusador no ha tardado en señalar al culpable de este colosal fracaso: Alejandro "Alito" Moreno Cárdenas.

Francisco Labastida Ochoa, antiguo secretario de Gobernación durante los últimos dos años del sexenio de Ernesto Zedillo, no se ha mordido la lengua y ha dejado claro que la búsqueda de Alito Moreno por reelegirse como presidente nacional del PRI llevará al tricolor a su tumba. En una entrevista con El Universal, Labastida expresó que los delirios de grandeza de Moreno, quien pretende modificar los estatutos del partido para mantenerse en el poder hasta 2036, están condenando al partido fundado en 1929 a una crisis irreversible.

La situación es tan absurda que parece sacada de una novela de realismo mágico. Alito no solo quiere eternizarse en el cargo, sino que también pretende tener la facultad de designar y remover a los coordinadores del tricolor en la Cámara de Diputados, el Senado y los congresos locales. Porque, ¿qué puede salir mal cuando concentras tanto poder en una sola persona?



Labastida, no descartó la posibilidad de que se funde otro partido ante la falta de ideas e ideología de Moreno, quien propone únicamente cambios estéticos como respuesta a la debacle electoral del pasado 2 de junio. “Es un individuo que no tiene ningún valor”, sentenció Labastida, reafirmando su postura de que Alito Moreno está llevando al PRI al abismo.

Y es que los resultados electorales hablan por sí solos. Según Labastida, a los líderes partidistas se les debe calificar conforme a su desempeño electoral, y en ese sentido, Alito Moreno no ha hecho más que pensar en sus propios intereses, dejando al PRI sin margen de maniobra para recuperar la confianza de la ciudadanía. La alianza del PRI con el PAN y el PRD, más dañina que benéfica para la candidata presidencial de la oposición, Xóchitl Gálvez Ruiz, es otro clavo en el ataúd del tricolor.

“Es que fue una alianza muy rara, muy sui generis ¿no? Nunca hubo estatutos compartidos, nunca hubo objetivos ni mecánica de trabajo ni nada. Fue una alianza más de nombre que, de hecho, yo creo que le hicieron daño incluso a la candidata Xóchitl Gálvez”, comentó Labastida, subrayando la incoherencia y falta de rumbo del PRI bajo el mando de Moreno.

Finalmente, en un golpe de gracia, Labastida comparó a Alito Moreno con una cucaracha, un dictador de partido que busca eternizarse en el poder. Mientras tanto, él se dedica a trabajar, leer y estudiar en la Ciudad de México, observando desde la distancia cómo su antiguo partido se desmorona bajo el peso de su propia ineptitud.

Así, el PRI se encuentra en la cuerda floja, y con Alito Moreno al timón, el futuro del partido más longevo de la política mexicana nunca ha parecido tan sombrío.