El PRI como la materia, no se crea ni se destruye, solo se transforma.


Julio Gálvez.

En Hidalgo, se vive una situación política que recuerda los tiempos del año 2000 en México, cuando Vicente Fox llegó al poder prometiendo un cambio después de décadas de gobiernos priistas. La esperanza de una verdadera transformación democrática se desvaneció rápidamente al ser absorbido por el sistema que prometió reformar.

De manera similar, Hidalgo se enfrenta a un gatopardismo, donde el Grupo Plural Independiente (GPI) se presenta como una estrategia para simular un cambio mientras las mismas familias acomodadas de siempre continúan gobernando.

La Traición Encubierta de Omar Fayad

Omar Fayad, exgobernador de Hidalgo, juega un papel central en este drama político. En 2018, enfrentó una solicitud de desaparición de poderes, un documento que amenazaba con desestabilizar su administración. Sin embargo, esta crisis fue negociada por Ricardo Monreal, a cambio de que Fayad entregara el estado a Morena.

Este acuerdo reveló la verdadera naturaleza del GPI: una herramienta para ocultar la traición de Fayad al PRI y su alianza con Morena.

De Opositor a Aliado de la 4T

Al asumir Andrés Manuel López Obrador (AMLO) la presidencia, Fayad se opuso inicialmente a la Cuarta Transformación (4T). Utilizó tácticas agresivas, incluyendo el uso de grupos de choque para intimidar y agredir a diputados y diputadas de Morena en el Congreso de Hidalgo.

Sin embargo, tras la negociación del documento de desaparición de poderes, su oposición se disolvió, revelando su disposición a colaborar con Morena para mantener su influencia, comprando por medio de su secretario de gobierno las voluntades de diversos morenistas que ayudaron a cristalizar la estrategia del caballo de Troya. 

La Continuidad del Poder sin Importar Partido

El supuesto cambio que Morena en Hidalgo promete es, en realidad, una fachada. Las familias acomodadas que han gobernado Hidalgo durante décadas continúan en el poder.

Los contratos gubernamentales siguen favoreciendo a empresarios y prestanombres como Juan Carlos Martínez, asociados con el régimen de Fayad, mientras al pueblo se le promete una transformación que nunca llegará, ya que se siguen aplicando las mismas fórmulas del priismo.

La Purificación de los Expristas

Numerosos expristas han encontrado un nuevo hogar en Morena. Personajes, juniors y pupilos del gobierno de Francisco Olvera, Osorio Chong y Núñez Soto han logrado filtrarse a la cuarta transformación mientras el gobierno morenista desplaza a las bases de izquierda.

Este cambio de camiseta no es más que una táctica para conservar sus privilegios en un entorno político que, a primera vista, parece transformarse. La mafia del poder, en su afán por mantener el control, ha desplazado a la izquierda y a las bases de Morena, asegurando que las estructuras de poder tradicionales permanezcan intactas.

El Papel de los Medios de Comunicación

En este entramado, los medios de comunicación juegan un papel fundamental. Medios como Effeta, El Sol de Hidalgo, Priterio y Milenio, que antes se desvivían por el PRI, ahora lo hacen por el gobierno de Morena.

Estos medios, financiados por el gobierno, legitiman el engaño al hablar bien del régimen actual y minimizar las críticas, perpetuando la ilusión de un cambio que nunca se materializa.

La Ilusión del Cambio

La situación en Hidalgo es un reflejo perfecto de la frase de Antonio Gramsci: "Lo viejo no termina de morir y lo nuevo no termina de nacer".

En este interregno, aparecen fantasmas de la democracia que prometen cambios mientras consolidan el continuismo. La transformación prometida se convierte en una ilusión que oculta la perpetuación de las mismas élites y prácticas corruptas.

En resumen, el gatopardismo en Hidalgo, simbolizado por el GPI y las maniobras políticas de Omar Fayad, revela una realidad en la que el cambio es superficial y el continuismo, profundo. Mientras las élites mantienen su poder, el pueblo sigue esperando una transformación genuina que parece cada vez más distante.