El Fisgón y su magistral contribución a la infiltración de priistas en Morena.



Jorge Montejo.

¡Ah, Rafael Barajas Durán, mejor conocido como el Fisgón! Un hombre de talentos múltiples y variados, especialmente en el arte de no aportar absolutamente nada a la formación de nuevos cuadros políticos en Morena durante seis largos años. Qué brillante legado, ¿verdad?

En lugar de construir un robusto instituto de formación política, el Fisgón decidió que su tiempo estaría mejor invertido en invitar a sus ídolos priistas. Y, claro, los priistas, siempre dispuestos a una buena fiesta de infiltración, no tardaron en colarse en el movimiento de AMLO, especialmente en lugares como Hidalgo. ¡Qué ejemplo de inclusión y diversidad ideológica!

Mientras los verdaderos izquierdistas de la región eran relegados y excluidos, los pupilos del Fisgón demostraron su increíble capacidad para permitir que los priistas se infiltraran en Morena. ¿Formar nuevos líderes comprometidos con los ideales de izquierda? ¡Para qué! Es mucho más divertido invitar a los priistas y ver cómo se mezclan entre las filas de Morena, como si estuvieran en una fiesta de disfraces políticos.

Esta brillante estrategia no es algo nuevo. Recordemos que el PRI, en su época dorada de descuido hacia sus bases, también optó por presentar políticos sin ideales y de derecha. El resultado fue la destrucción del tricolor de raíz. Pero, al parecer, el Fisgón y sus seguidores piensan que esta es una receta digna de repetirse. Porque, claro, si funcionó tan bien para el PRI, ¿por qué no para Morena?

Así que aquí estamos, observando cómo Morena sigue los mismos pasos del PRI, llenando sus filas con tanto desecho priista que uno pensaría que estamos en una competencia de reciclaje político. Pero no se preocupen, porque con el Fisgón y su magistral instituto de formación política, estamos seguros de que Morena tiene un futuro brillante. Un futuro donde los ideales son opcionales y la infiltración priista es la norma.

Gracias, Fisgón, por seis años de dedicación a la nada. Tu legado será recordado, no por los líderes que formaste, sino por los priistas que ayudaste a infiltrar en Morena. Un logro digno de ser celebrado… con mucho sarcasmo, por supuesto.