Jorge Montejo
Ah, el PAN, siempre brindándonos un espectáculo digno de telenovela. Justo cuando pensábamos que no podían superar sus propios dramas, aparecen con un nuevo episodio de intriga y traiciones. La fecha es simbólica, claro: el 2 de julio, que solía ser un día de gloria para el partido con las victorias presidenciales de Vicente Fox en el 2000 y Felipe Calderón en 2006. Pero este año, en lugar de celebraciones, tenemos una guerra interna que parece sacada de una obra de Shakespeare.
En el centro de este espectáculo está Marko Cortés, el flamante dirigente nacional del PAN, quien ha pasado el último mes siendo blanco de críticas y descalificaciones internas. Los malos resultados electorales han dejado al partido como una fuerza electoral secundaria y, prácticamente, en la irrelevancia legislativa. ¡Bravo, Marko!
Todo comenzó temprano, con un pleito en línea entre Cortés y Javier Lozano Alarcón durante la transmisión de Carlos Alazraki en el canal de YouTube Atypical Te Ve. El intercambio fue tan encantador como cabría esperar, con ambos sacando a relucir sus mejores argumentos y, claro, el nombre de Genaro García Luna, el exsecretario de Seguridad Pública actualmente preso en Estados Unidos. Porque, ¿qué sería de una discusión del PAN sin mencionar a García Luna?
Lozano, fiel defensor de Calderón, intentó desviar la atención de las conexiones de García Luna con el PAN, mientras Cortés, en su talante inquebrantable, no se dejó amedrentar y aprovechó para recordar el desastroso resultado electoral de 2012. Todo esto, por supuesto, no hizo más que encender la ira calderonista.
Y como si la situación no fuera ya lo suficientemente tensa, Felipe Calderón decidió intervenir en la red social X (antes conocida como Twitter) para criticar a Cortés por no incluir a Jorge Triana en la lista plurinominal. Cortés, demostrando su habilidad para la diplomacia, respondió señalando la caída histórica de votación del PAN bajo la presidencia de Calderón y sugiriendo que el expresidente explique su relación con García Luna. ¿Alguien más siente el calor de esta discusión?
Pero no nos detengamos ahí. Las críticas a Cortés no se limitaron a Calderón. También tuvimos a Roberto Gil Zuarth, quien se unió al coro de descontentos, y a los foxistas, con figuras como Xóchitl Gálvez y varios exgobernadores que tampoco escatimaron en críticas.
En resumen, lo que debería haber sido una conmemoración de los logros pasados del PAN se convirtió en un campo de batalla de egos y recriminaciones. Marko Cortés, el héroe de nuestra historia, se mantuvo firme en su postura, demostrando una vez más que el PAN es experto en autodestruirse con estilo. ¿Qué nos deparará el próximo capítulo de esta saga? Solo el tiempo lo dirá.
En el centro de este espectáculo está Marko Cortés, el flamante dirigente nacional del PAN, quien ha pasado el último mes siendo blanco de críticas y descalificaciones internas. Los malos resultados electorales han dejado al partido como una fuerza electoral secundaria y, prácticamente, en la irrelevancia legislativa. ¡Bravo, Marko!
Todo comenzó temprano, con un pleito en línea entre Cortés y Javier Lozano Alarcón durante la transmisión de Carlos Alazraki en el canal de YouTube Atypical Te Ve. El intercambio fue tan encantador como cabría esperar, con ambos sacando a relucir sus mejores argumentos y, claro, el nombre de Genaro García Luna, el exsecretario de Seguridad Pública actualmente preso en Estados Unidos. Porque, ¿qué sería de una discusión del PAN sin mencionar a García Luna?
Lozano, fiel defensor de Calderón, intentó desviar la atención de las conexiones de García Luna con el PAN, mientras Cortés, en su talante inquebrantable, no se dejó amedrentar y aprovechó para recordar el desastroso resultado electoral de 2012. Todo esto, por supuesto, no hizo más que encender la ira calderonista.
Y como si la situación no fuera ya lo suficientemente tensa, Felipe Calderón decidió intervenir en la red social X (antes conocida como Twitter) para criticar a Cortés por no incluir a Jorge Triana en la lista plurinominal. Cortés, demostrando su habilidad para la diplomacia, respondió señalando la caída histórica de votación del PAN bajo la presidencia de Calderón y sugiriendo que el expresidente explique su relación con García Luna. ¿Alguien más siente el calor de esta discusión?
Pero no nos detengamos ahí. Las críticas a Cortés no se limitaron a Calderón. También tuvimos a Roberto Gil Zuarth, quien se unió al coro de descontentos, y a los foxistas, con figuras como Xóchitl Gálvez y varios exgobernadores que tampoco escatimaron en críticas.
En resumen, lo que debería haber sido una conmemoración de los logros pasados del PAN se convirtió en un campo de batalla de egos y recriminaciones. Marko Cortés, el héroe de nuestra historia, se mantuvo firme en su postura, demostrando una vez más que el PAN es experto en autodestruirse con estilo. ¿Qué nos deparará el próximo capítulo de esta saga? Solo el tiempo lo dirá.