Medios Chayoteros y Políticos Lambiscones: Una Alianza en Beneficio de unos Cuantos.



El Estado de Hidalgo es producto de un fenómeno conocido como "gerrymandering", un término que se refiere a la manipulación de las divisiones territoriales para generar ventajas políticas a determinados sectores o grupos. Este fenómeno se observó cuando el Estado de México fue dividido por Benito Juárez en 1869, resultando en la creación del Estado de Hidalgo. Esta división geográfica no solo fue una estrategia para el control político, sino también una táctica para diluir el poder de ciertos grupos y consolidar la influencia de otros.

Desde su origen, Hidalgo ha sido gobernado por un grupo reducido de familias que se han apoderado del poder político y económico de la región. Este fenómeno, conocido en la Universidad de Cambridge como "Crony Capitalism o Capitalismo de Cuates", describe un sistema en el cual un grupo de políticos se enriquece al amparo del poder, utilizando prestanombres y empresarios corruptos para consolidar su dominio. A lo largo de las generaciones, y a pesar de los cambios políticos, los privilegiados siguen siendo los mismos, perpetuando un ciclo de poder y riqueza concentrado en pocas manos.

Este sistema de capitalismo de cuates necesita de medios de comunicación que legitimen sus acciones. Es en este contexto que surgieron medios como El Sol de Hidalgo del empresario priísta Mario Vásquez Raña, que actúan como reproductores de la información oficial, legitimando a los políticos dentro de este sistema cerrado donde, a pesar de los cambios de partidos, las figuras de poder permanecen constantes. Estos medios, conocidos como "medios chayoteros", no solo reportan la información sesgada, sino que también sirven como plataformas para la promoción y legitimación de aquellos en el poder.

La necesidad de una voz alternativa a esta narrativa oficialista llevó al surgimiento del periódico El Nuevo Gráfico hace 65 años. La rivalidad entre El Nuevo Gráfico y El Sol de Hidalgo se volvió legendaria, con sus trabajadores involucrándose en enfrentamientos verbales en las calles durante los años 60 y 70. Esta confrontación reflejaba la lucha entre la verdad y la propaganda, entre la independencia periodística y el periodismo al servicio del poder.

La cercanía entre el poder político y el poder mediático distorsiona el periodismo y manipula la realidad en favor de unos pocos privilegiados. Este periodismo "chayotero" en Hidalgo y la política de lambisconería que lo acompaña han creado un entorno donde los políticos buscan constantemente ser retratados favorablemente por estos medios. Esto no solo distorsiona la información que llega al público, sino que también perpetúa un sistema en el que los mismos grupos continúan beneficiándose a expensas de la transparencia y la democracia.

Es en este contexto que los medios de comunicación manejados con libertad juegan un papel crucial. Cuando los medios operan de manera independiente, alejados del poder político, como sucede en este espacio, contribuyen significativamente a la formación de una democracia en entornos autoritarios fungiendo como contrapesos, a través de la opinión pública. Estos medios libres desafían el status quo, ofrecen perspectivas alternativas y mantienen a los poderes establecidos bajo escrutinio, fomentando así una sociedad más informada y equitativa.

En conclusión, el surgimiento de Hidalgo como estado y su evolución política y mediática reflejan un complejo entramado de manipulación territorial, capitalismo de cuates y periodismo chayotero. La perpetuación de un pequeño grupo de privilegiados y la manipulación de la información son desafíos que solo pueden ser contrarrestados con un periodismo libre y valiente que se atreva a cuestionar el poder y a dar voz a los sin voz.

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El crony capitalism, o capitalismo de compadrazgo, es una distorsión del capitalismo y del neoliberalismo que, lejos de alcanzar los principios de competencia libre y equitativa de estos sistemas económicos, se basa en la corrupción y el favoritismo. En este modelo, el éxito empresarial depende de la estrecha relación con el poder político, beneficiando a unos pocos en detrimento del bienestar de toda la sociedad. Esta práctica socava los fundamentos de la economía de mercado, perpetuando la desigualdad y limitando el desarrollo económico integral.