En un acto predecible, el diputado de Morena ha sido sorprendido en diversas filtraciones fotográficas en compañía de los diputados expriistas del Grupo Legislativo Plural Independiente (GPI) de Omar Fayad. El coordinador de la bancada de Morena en el Congreso de Hidalgo, con pocas iniciativas y trabajo legislativo aprobado, aclaró que la reunión tuvo como objetivo discutir temas legislativos. Claro, porque es perfectamente normal que un diputado de Morena pase su tiempo libre discutiendo legislación con expriistas.
Lo que Tenorio convenientemente olvidó mencionar es su historial como uno de los beneficiados por Simón Vargas, conocido por su destreza en las artes de la obra pública en su municipio. Pero, ¿por qué detenerse ahí? Parece que Vargas también tiene talento para avasallar movimientos políticos, comprando diputados a diestra y siniestra para facilitar la entrada de expriistas al movimiento de AMLO en Hidalgo, como caballos de Troya.
Aparentemente, Tenorio cree que su audaz estrategia de "discutir temas legislativos" con sus nuevos amigos expriistas será suficiente para convencer al público de su transparencia. Sin embargo, no podemos evitar preguntarnos: ¿qué se discutió realmente en esa reunión tan cordial? ¿Acaso se trató de una clase magistral sobre cómo cambiar de bando sin perder la compostura?
Mientras tanto, el público observa con interés cómo se desarrolla esta trama digna de una telenovela política. Porque, seamos sinceros, nada dice "compromiso con el movimiento" como codearse con aquellos que, hasta hace poco, eran considerados adversarios. En un contexto donde la lealtad parece ser un concepto flexible, la inclusión de expriistas en Morena ya no suena tan descabellada.
En resumen, mientras Tenorio y compañía nos aseguran que sus reuniones son puramente profesionales y legislativas, uno no puede evitar sentir un toque de ironía en el aire. Porque en la política, como en la vida, las cosas no siempre son lo que parecen. Y en este caso, parecen ser cualquier cosa menos una simple discusión legislativa.
Lo que Tenorio convenientemente olvidó mencionar es su historial como uno de los beneficiados por Simón Vargas, conocido por su destreza en las artes de la obra pública en su municipio. Pero, ¿por qué detenerse ahí? Parece que Vargas también tiene talento para avasallar movimientos políticos, comprando diputados a diestra y siniestra para facilitar la entrada de expriistas al movimiento de AMLO en Hidalgo, como caballos de Troya.
Aparentemente, Tenorio cree que su audaz estrategia de "discutir temas legislativos" con sus nuevos amigos expriistas será suficiente para convencer al público de su transparencia. Sin embargo, no podemos evitar preguntarnos: ¿qué se discutió realmente en esa reunión tan cordial? ¿Acaso se trató de una clase magistral sobre cómo cambiar de bando sin perder la compostura?
Mientras tanto, el público observa con interés cómo se desarrolla esta trama digna de una telenovela política. Porque, seamos sinceros, nada dice "compromiso con el movimiento" como codearse con aquellos que, hasta hace poco, eran considerados adversarios. En un contexto donde la lealtad parece ser un concepto flexible, la inclusión de expriistas en Morena ya no suena tan descabellada.
En resumen, mientras Tenorio y compañía nos aseguran que sus reuniones son puramente profesionales y legislativas, uno no puede evitar sentir un toque de ironía en el aire. Porque en la política, como en la vida, las cosas no siempre son lo que parecen. Y en este caso, parecen ser cualquier cosa menos una simple discusión legislativa.
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Tenorio es el que sacó la foto de sus amigos priistas que ahora son los ídolos de los morenistas, ya que han sido adheridos a la bancada de Morena en Hidalgo, porque los primorenistas no saben leyes y necesitan que los asesoren priistas 🤣
