El avión robótico chino Shenlong, que fue lanzado por tercera vez en diciembre y lleva desde sus inicios rodeado de secretismo, dejó el pasado día 24 un objeto desconocido en órbita.
El primero en dar a conocer la noticia fue el renombrado astrónomo y rastreador de actividad espacial Jonathan McDowell, del Centro de Astrofísica Harvard-Smithsonian, que publicó en X: «Se ha catalogado un nuevo objeto (59884/2023-195G) asociado con el avión espacial chino CSSHQ en una órbita de 602 x 608 km x 50,0 grados. Parece haber sido expulsado alrededor de las 19:00 UTC del 24 de mayo».
Respecto a la naturaleza de la operación, McDowell aventura que podría tratarse del despliegue de un subsatélite o ser simplemente una pieza de hardware expulsada antes del final de la misión y desorbitada, ya que, arguye, «el primer vuelo del avión hizo algo parecido». «Será interesante ver si el avión maniobra o aterriza pronto», concluye.
Se desconoce, sin embargo, la duración programada de la misión. Mientras que la primera, en 2020, duró dos días; la siguiente, en 2022, se alargó 276. En ambos casos, se liberaron objetos en órbita. Cuatro días después de iniciarse el vuelo actual, de hecho, el Shenlong dejó un total de seis objetos en órbita. Hasta este sábado, el avión lleva 170 días en el aire.
Poco ha trascendido acerca de las funciones de este avión y de su misión en curso, más allá de un breve comunicado oficial difundido por la agencia estatal de noticias Xinhua tras el despegue en el que se informaba de que «durante este período, se llevarán a cabo [por parte del avión] experimentos de ciencia espacial y verificación de tecnología reutilizable según lo planeado para brindar apoyo técnico en el uso pacífico del espacio».
Los expertos creen que el vehículo robótico está inspirado en el X-37B de EE.UU., con el que comparte tamaño y funciones. El X-37B, que comenzó sus operaciones en 2010, se encuentra inmerso en su séptima misión, que inició dos semanas después del último lanzamiento del Shenlong.