Voten por la persona, no por el partido.


Joaquín Rodríguez Pascanu.

Ante tanta vileza electoral, se hace un llamado a la población a “votar por la persona, no por el partido”. A estas alturas, las ideologías de los partidos han sido más violadas que la Constitución, lo peor del ser humano aflora y el sistema político mexicano en cuanto a elección de representantes populares es francamente un laboratorio donde se cocinan las traiciones más nauseabundas, el más recalcitrante gatopardismo y la incongruencia absoluta por un hambre de cargos públicos, influencias y poder.

Lo inverosímil y descarado se recrudecen en estos últimos días de campaña, los viles se envilecen más y los que aún guardan la honra y la compostura, mejor se posicionan ante la mirada del pueblo. Muchos todavía se cuelgan del nombre de Andrés Manuel López Obrador, pero ese efecto será menor que en 2018 y no se ganarán el número de alcaldías anheladas. A manera de muestra en lo que está pasando en el país, el municipio de Huasca es el vivo ejemplo de las ambiciones de las dirigencias, el nepotismo y la irrefrenable corrupción humana.

Se empeora aún más la candidatura de Luis Felipe Lugo por MORENA, pues en la desesperación por allegarse de votos ha reciclado a un perfil al que ya se le hizo costumbre la traición: Armando Hernández Soto, quien fuera hace cuatro años candidato por el partido guinda ha anunciado su renuncia. Se había inscrito como candidato suplente a la presidencia municipal en esta ocasión por el PT Partido del Trabajo, haciendo alianza con Damián Sosa y ahora traicionándolo, y de paso también a su pareja de fórmula Carlos Villegas y a la base que lo había impulsado para finalmente regresar a MORENA con el engañoso abrazo de Marco Rico, de quien hace un par de meses no podía ni ver señalándolo de venta de candidaturas y prefiriendo a Luis Felipe Lugo que a él para ser el candidato.

Esto en vez de sumarle votos al recién bautizado morenista Luis Felipe Lugo, le restará más de lo que cree, pues la gente está cansada de este tipo de burlas, jugarretas y traiciones. La gente está cansada de tanto perfil deshonesto como el de Armando Hernández Soto, de nulos valores cívicos y de sus felonías. La ética de estos personajes traicioneros queda por los suelos y no habrá despensas o bultos de cemento que puedan reparar esa ofensa ante el pueblo. Quien nace corrupto, corrupto se retira de este mundo. No tienen remedio.

Con este panorama, los únicos que ganan en el escenario electoral de Huasca son Carlos Villegas del PT y Roberto Muñoz del PAN, quienes quedan a ojos del pueblo como personas que generan más confianza, con más valores y con menos sentimientos de repudio ante el electorado, pues se ha ensuciado tanto esta elección en todo el país que la única fórmula que se aplicará será la de “votar por la persona y no por el partido”, pues han maltratado, ensuciado y envilecido los colores de toda ideología con tanta ambición descarada que eso ha generado una gran desconfianza y decepción entre la gente. Los partidos y los colores han sido rebasados entre tanto acuchillamiento por la espalda.

Entre el PT y MORENA, el candidato que haya recorrido más comunidades y tocado más puertas con la honestidad por en frente, se habrá ganado un espacio en la 4T y en el corazón de la gente, porque así nació el movimiento, generando la revolución de las conciencias. Ningún simpatizante de esos dos partidos dudará en votar por Claudia Sheinbaum, pero sí dudará de los perfiles de los candidatos a la presidencia municipal, pues en pueblo chico, todo se sabe y todos se conocen, y es justamente por eso que el pueblo tomará una decisión determinante con su voto personal, libre y secreto.

En un afán de ambición incontrolable, esos candidatos que juegan con la credibilidad del pueblo y se desprestigian solitos mismos, van directo a la derrota. Es más que evidente que quien anuncia con toda tranquilidad su renuncia y abraza a esos que repudia el pueblo, no significa más que llegó a pactar por unas monedas, igual que Judas, el precio de su traición. Esperemos no se vayan a ahorcar después de haber cometido la desvergonzada infamia y por puro arrepentimiento después del 2 de junio.

Armando Hernández Soto traicionó a Carlos Villegas y a la gente que lo respaldaba. ¿Traicionará a Luis Felipe Lugo también? O quizá, traidor que se une a traidor tendrá cien años de perdón. Para muchos “ambiciosos vulgares” como dice López Obrador, estas elecciones serán la tumba de muchos en el mundo de la política. El pueblo no olvida.